_
_
_
_
Economista Jefe de Economías Desarrolladas de BBVA

Doménech: “El contrato fijo tiene que ser la primera opción”

JUAN LAZARO
Raquel Pascual Cortés

El servicio de estudios de BBVA y Sagardoy Abogados presentaron el jueves pasado una revolucionaria propuesta para cambiar radicalmente el sistema de indemnizaciones por despido. El modelo que sugieren es mixto: se mantendrían en parte la indemnización tradicional (con el pago de un número de días por año trabajado) que reducirían su cuantía notablemente, y se completarían con una cuenta de ahorro individual de cada trabajador que se nutriría con salario diferido. En concreto se destinaría el 2,19% del salario bruto anual a estas mochilas individuales, que compensarían una indemnizaciones tradicionales más reducidas. Inmediatamente, la propuesta se interpretó como que el trabajador se debería financiar parte de su indemnización. El economista jefe de Economías Desarrolladas de BBVA Research, Rafael Doménech explica la propuesta y justifica porqué serviría para aumentar los contratos fijos.

Pregunta. ¿Qué pretenden conseguir con este nuevo modelo?

Respuesta. Cuando a una empresa le llega la hora de elegir si hace un contrato indefinido o uno temporal, hay dos tipos de incertidumbres: la percepción de inseguridad jurídica, que no nos planteamos porque fue objeto de la reforma laboral, aunque esta no se ha terminado de cerrar. Y la incertidumbre económica, que es la que nosotros tratamos de resolver con esta propuesta. Queremos atajar la incertidumbre económica que afecta negativamente a cualquier decisión de inversión de las empresas, como puede ser la creación de un contrato indefinido.

Lo que no podemos hacer es que la incertidumbre en la contratación indefinida, tenga la causa que tenga, se convierta en un incentivo para las empresas para hacer temporales. El contrato indefinido tiene que ser la primera opción, tiene que ser la opción por defecto y el temporal solo para aquellas que tengan muy claro que quieran un trabajador solo por un tiempo. Por lo general las empresas quieren a sus trabajadores para durante todo el tiempo que la empresa vaya bien y eso es indefinido. Pero, claro, quieren saber que si las cosas van mal van a poder hacer frente a un despido.

Esa certidumbre económica sí existe en el caso de los temporales. Desde el 1 de enero se pagarán 12 días por año trabajado al término de cada contrato. Si antes, cuando esta indemnización eran 8 días, la empresa te iba a pagar 100, el salario que te ofrecía de entrada eran 92. Ahora, la empresa dirá que si te iba a pagar 100, como los 12 de indemnización son ciertos, sé que se los tengo que pagar, le ofrezco de entrada 88. Pero a la hora de la verdad el trabajador recibe lo mismo, por adelantado en las mensualidades o después. Pero eso no significa que el trabajador se haga cargo de una parte de su indemnización.

P. Sin embargo, la interpretación de su propuesta ha sido que si el coste laboral no va a aumentar para la empresa y parte del salario se convierte en diferido, el sueldo corriente a fin de mes disminuiría.

R. No tendría por qué, ya que la aplicación de este sistema nuevo también supondría que la negociación colectiva fuera también nueva. Siempre hablamos de contratos nuevos. En dicha negociación, los trabajadores podrían decirle a la empresa que ella se está beneficiando de una menor incertidumbre (porque el pago de la parte de la indemnización tal y como hoy la conocemos será menor) y por eso una parte de esos beneficios tendría que ir a mayores salarios.

P. ¿Y si esa negociación no se da?

R. ¿Por qué no se va a dar? Las empresas y los trabajadores y sus representantes son los mismos... Además, la merma del salario corriente, que pasa a ser diferido y se recuperará cuando llegue el despido, es algo de segundo orden en relación al enorme efecto que tiene la temporalidad sobre el salario.

Toda esta discusión sobre como se reparte la indemnización se reduciría a que si tienes un salario corriente de 1.000 euros pasarías a tener uno de 980 y 20 para la mochila, que la cobrarías de forma diferida. Esta discusión sobre si esos 20 euros van a la cuenta corriente o a la mochila individual es secundario con respecto a la diferencia de 150 euros que cobrarías menos si tuvieras un contrato temporal en lugar de uno fijo. Así, reduciendo esta incertidumbre habría más fijos. Pensamos en abrir la vía del contrato estable a quienes todo su mundo es el paro o, como alternativa, un contrato temporal.

P. Podría España aplicar completamente ese modelo austriaco en el que toda la indemnización proviene del salario diferido?

R. Sí, claro esa es otra posibilidad.

P. ¿Y cree que lo que demandan ahora las empresas para contratar fijo es aumentar la certeza de los despido en lugar de un ahorro de costes más básico, en cotizaciones?

R. No se puede generalizar. Pero sí sabemos que la incertidumbre es mala. Además, esta propuesta ya se barajó en la primera propuesta para la reforma de 2010 y se descartó por la dificultad de llegar a un acuerdo por estar sumidos en la crisis. Ahora que llevamos ya cinco trimestres de crecimiento y se crea empleo es hora de pensar que la ocupación que se cree sea de calidad.

Sobre la firma

Raquel Pascual Cortés
Es periodista de la sección de Economía, especializada en información sobre empleo, Seguridad Social, pensiones y relaciones laborales. Licenciada en C.C. de la Información por la U. Complutense, empezó a trabajar en Cinco Días en 2000 y antes pasó por las secciones de política y economía de la agencia Europa Press y por el diario Soria 7 Días.

Archivado En

_
_