Detroit se despide de la quiebra
Motown (como se conoce a la ciudad estadounidense de Detroit) ha cambiado la quiebra por una vida al límite financiero. El plan de salida aprobado por el juez Steven Rodas la semana pasada permitirá a Detroit deshacerse de alrededor de 7.000 millones de dólares (unos 5.630 millones de euros) de su deuda de 18.000 millones (alrededor de 14.500 millones de euros). Eso aliviará mucha presión a las arcas municipales. Pero Detroit solo puede apañárselas para generar un pequeño superávit anual, si sus desordenadas proyecciones financieras son creíbles.
Detroit salió de la quiebra con bastante rapidez. El tribunal bendijo su plan menos de 16 meses después de que se declarara en bancarrota. La ayuda llegó desde algunas fuentes improbables: el estado de Michigan controlado por los republicanos, el Instituto de las Artes de Detroit y varias fundaciones comprometieron 816 millones de dólares para reforzar el plan de pensiones de la ciudad durante los próximos 20 años.
Recortar la deuda y otros pasivos como los beneficios para los jubilados deberían ahorrar alrededor de 350 millones de dólares al año en intereses y otros gastos de patrimonio.
Las proyecciones financieras preliminares recopiladas por Ernst & Young sugieren que la ciudad reestructurada debería ser capaz de lograr un ligero superávit en los próximos años –tal vez un total de 45 millones de dólares durante la próxima década–. Por otra parte, la propia experta del juzgado de bancarrota, Martha Kopacz, advirtió de que los números de la ciudad se presentaron de una manera tan “enrevesada” que se había sembrado confusión entre los empleados de la ciudad a los que Detroit confiará su despegue.
Eso intensifica el desafío al que se enfrenta el alcalde Mike Duggan, que asumió el cargo a principios de año. La quiebra ha dado a Motown una oportunidad para empezar de nuevo. Pero sigue con graves problemas.