_
_
_
_
El Foco
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El empleo flexible, un puente en la recuperación laboral

Los Presupuestos Generales del Estado presentados por el Consejo de Ministros el pasado 26 de septiembre han mejorado las previsiones de crecimiento del PIB nacional para 2014 y 2015, situándolo en 1,3% y 2%, respectivamente, en términos interanuales. Esta revisión viene motivada, en gran medida, por el aumento del consumo interno y el pronóstico de la recuperación del empleo en sectores como la construcción, uno de los que más ha acuciado la lacra del desempleo en los últimos años.

También se revisaron ligeramente al alza las cifras de desempleo previstas para el próximo año, con una tasa de paro del 22,7% cuando finalice 2015, un ratio que se alcanzará gracias a los más de 348.000 empleos que se generarán durante los próximos 12 meses, según el Ejecutivo.

Para sobrevivir en un entorno cambiante, las empresas deben contar con capacidad de ejecución

“El mercado laboral cambia sin cesar, debido, entre otros motivos, a la volatilidad del entorno económico”, afirma en un estudio reciente Rodrigo Martín, presidente ejecutivo de Randstad España. “Aunque las empresas se han centrado en acentuar sus competencias fundamentales, también están planificando el futuro con el fin de fortalecer su posición competitiva y de continuar teniendo éxito, así como para aprovechar las oportunidades de crecimiento en el momento que se presenten”, sentencia Martín. La oportunidad ha llegado y numerosas compañías se encuentran inmersas en procesos de recomposición interna.

En esta línea, de la maniobrabilidad de una organización depende la consecución de sus objetivos a corto, medio y largo plazo. Para sobrevivir en un entorno cambiante y poder virar el rumbo en el momento adecuado, las empresas deben contar con capacidad de ejecución, y esto pasa por disponer de flexibilidad interna. La flexibilidad permite a las compañías adaptar el número de contrataciones externas y la composición de su personal cuando sus líneas de productos y métodos de producción se ven alterados por la innovación o por cualquier otro motivo.

El informe anual Flexibilidad en el trabajo, presentado en mayo de 2013 en el OECD Forum, explica los diversos modelos de trabajo flexible en el mundo y su repercusión tanto en la creación de empleo como su influencia en el incremento de la eficiencia laboral y empresarial. El incremento del trabajo flexible se da en países donde la participación laboral está creciendo, mientras que la reducción de este tipo de empleos surge donde la participación laboral está estancada o es relativamente baja. De esta manera, se puede comprobar que mientras en Alemania se incrementaba el empleo flexible del 22,5% en 2000 al 24,4% en 2012, en España se ha pasado de un 50,2% a un 39,9% en el mismo periodo de tiempo.

Este estudio, que cuenta con datos de más de 30 países en los que opera Randstad, recomienda una serie de medidas para mejorar la situación del mercado laboral y el acceso al empleo de los profesionales que encuentran mayores dificultades, como los jóvenes, menores de 25 años, o los mayores de 45. Entre las recomendaciones ya se señalaban las de finalizar la evaluación de las reformas del mercado laboral cubriendo el total de sus objetivos y medidas, promulgar una reforma laboral orientada a resultados, la plena puesta en marcha del portal único de la UE y acelerar la implementación de la cooperación público-privada para asegurar la efectividad de su aplicación.

La incidencia de las agencias privadas de empleo, también llamadas empresas de trabajo temporal (ETT), es determinante para llevar a cabo el proyecto de flexibilización del mercado laboral. Estas compañías favorecen las transiciones y aumentan la penetración en el empleo. Buena prueba de ello es que, según los datos de CIETT, la Confederación Internacional de Agencias Privadas de Empleo, más de ocho millones de trabajadores en Europa son contratados anualmente a través de estas empresas.

Los contratos de duración determinada dan una nueva oportunidad de volver al mercado a los parados

Sin embargo, existen diferencias significativas en función del país. En este sentido, en España, 410.000 trabajadores accedieron al mercado laboral en 2012 por medio de una ETT, una cifra que asciende hasta los 1,2 millones en el caso de Reino Unido o 2 millones en el caso de Francia.

La labor de las agencias de colocación permite que las empresas adapten el tamaño de su plantilla a las condiciones económicas, facilitando a la vez la adecuación al puesto gracias a la experiencia laboral inicial. En esta línea, son especialmente útiles con los jóvenes durante su periodo de formación o para acceder a su primer empleo, aunque también sirve a los desempleados para su reincorporación.

En la actualidad, los contratos de duración determinada y el autoempleo constituyen en torno a la mitad del empleo flexible. Si nos referimos al primer caso, funcionan especialmente con los jóvenes. Alrededor de un 10%, de media internacional, de todos los empleados de entre 25 y 64 años tienen este tipo de contrato, mientras que en la franja de edad comprendida entre los 15 y los 24 años este porcentaje aumenta hasta el 40%. Los contratos de duración determinada ofrecen, además, una segunda oportunidad de volver al mercado de trabajo a los desempleados.

El trabajo temporal se apoya, esencialmente, en los contratos de duración determinada firmados directamente con la empresa, ya que el uso de las agencias de trabajo temporal no resulta tan común en nuestro país. Además, una forma de asimilar y enfrentar la crisis económica de 2007 por parte de una gran cantidad de empresas en sus primeros años fue la no renovación de este tipo de contratos. De hecho, en los cinco primeros años de crisis se perdieron 1,9 millones de contratos de duración determinada, la mayor parte de trabajadores de menor cualificación (1,1 millones), pertenecientes a los sectores de la construcción (0,8 millones) y la industria manufacturera (0,3 millones).

El descenso del empleo flexible en España, unido a la poca penetración de empresas de trabajo temporal, oscurece, en parte, el horizonte de la recuperación. Sin embargo, se deben analizar en profundidad los datos expuestos, mirar más allá y conocer con exactitud dónde estamos para trabajar en pos de una recuperación del mercado laboral sostenida, eficiente y efectiva. Desde las empresas privadas de empleo está demostrado que se ofrece esfuerzo constante, expertise y know-how, para proponer soluciones profesionales a empresas y trabajadores. Si todos remamos en la misma dirección, seguiremos creciendo juntos.

Luis Pérez es director de Relaciones Institucionales de Randstad.

Archivado En

_
_