HSBC y la carga de ser un banco global
Las ventajas de la banca mundial a menudo se dan por sentadas. Pero, ¿son los beneficios mayores que las cargas? Los últimos resultados de HSBC sugieren que el equilibrio es cada vez más fino.
La entidad internacional obtuvo unos beneficios antes de impuestos de 4.600 millones de dólares (unos 3.700 millones de euros) en el trimestre que terminó en septiembre –un incremento interanual del 2%–. Sin embargo, cualquier apariencia de progreso suave se vio socavada por las multas y otros cargos que marcaron la cuenta de resultados. Estos costes se han convertido en un accesorio tan regular que HSBC ahora los llama “elementos importantes”. Con todo, el banco gastó 1.700 millones de dólares en ellos durante el trimestre, más del doble de lo que apartó el año pasado.
Incluso haciendo caso omiso a estos, los gastos de HSBC están aumentando. La inflación de los salarios en algunos de los mercados emergentes en los que opera el banco tiene parte de culpa. Sin embargo, el incremento también refleja los costes de contratar compliance officers y de diseñar de sistemas de riesgo que se supone deben prevenir que HSBC cometa el tipo de errores que han lastrado sus cuentas.
Cualquier apariencia de progreso en las cuentas de la entidad se vio socavada por las multas y otros cargos
¿Qué pasa con los beneficios? Aunque el comercio mundial está lejos de ser boyante, su división de banca comercial, que conecta las pequeñas y medianas empresas en diferentes países, reportó unos ingresos con una subida de hasta el 6%.
Sin embargo, pese a todas sus fortalezas sin duda, la rentabilidad de la inversión anualizada de HSBC en los primeros nueve meses del año fue de un ordinario 9,5%. La teoría es que los rendimientos serán menores que en el pasado, pero también menos volátiles. Pero eso supone que los reguladores en algún momento dejarán de descubrir malos comportamientos que justifiquen grandes multas.
El consejero delegado, Stuart Gulliver, afirmó que los beneficios de dirigir un banco global superan a los costes. Por el momento, los inversores siguen dándole el beneficio de la duda, con HSBC cotizando a una modesta prima en relación con su valor en libros. Pero es un argumento que para muchos bancos que aspiran a ser globales será cada vez más difícil.