Dividir aplicaciones móviles, ¿éxito o fracaso?
Divide y vencerás. Esta máxima latina conocida por todos gracias al emperador Julio César es lo que han debido de pensar aquellos que crean y gestionan las aplicaciones para dispositivos móviles. Dividir en dos aplicaciones distintas lo que antes había en una, de tal modo que la interacción con la aplicación sea más fácil para el usuario. Este proceso se conoce como undbundling. El objetivo es claro y se está viendo una tendencia de división entre algunas de las aplicaciones más famosas del momento.
Son muchas las aplicaciones que una persona llega a albergar en su smartphone o tablet, según el estudio Our Mobile Planet: España de Google, se tienen de media 20 aplicaciones descargadas e instaladas en el teléfono. Además el número de descargas de aplicaciones en todo el mundo tiene previsto aumentar cada año por el también aumento del número de smartphones y tablets entre la población, de tal modo que según Statista, se estima que en 2017 se hayan descargado en todo el mundo 268.690 millones de aplicaciones, mientras que en 2014 se espera que hayan sido descargadas 138.810 millones.
Ante un volumen de aplicaciones tal, una opción para no complicar la experiencia del consumidor con la aplicación es simplificarla, dividiendo sus funciones en distintas aplicaciones. Esta tendencia de división genera ciertas controversias tanto para compañías como para usuarios. Antes con una aplicación era suficiente, ahora será necesario duplicarlo todo, la descarga, la apertura y el cierre de la misma, a lo que hay que sumar que se ocupa también más espacio en el dispositivo. Entonces, la máxima latina puede generar dudas: divide y ¿vencerás? Puede que sí o puede que no.
Algunos ejemplos
- Foursquare. La aplicación que consiste en la localización, recomendación y check-in de lugares decidió dividir hace cerca de dos meses su aplicación en dos. Una llamada de la misma forma dedicada a la localización y recomendación de sitios y otra llamada Swarm (enjambre de abejas) que se encarga del check-in. Lo que parece indicar es que esta división no está “venciendo” en el mercado. El número de usuarios ha ido descendiendo y el número de descargas también tanto en una aplicación como en otra, por lo que hace dudar sobre la efectividad de la división
- Facebook. La mundialmente conocida red social también se sumó al unbundling o despaquetización al separar su función de chat en la aplicación Facebook Messenger. Ahora para entablar una conversación directa con un amigo a través del chat, deberás tener instalada la aplicación Messenger. De este modo se genera más actividad a través de la red social gracias a la instantaneidad de la aplicación. Con este movimiento, Marck Zuckerberg apostó por la mensajería instantánea y más aún tras la compra de Whatsapp.
En ocasiones esta división puede ser más perjudicial que ventajosa para el usuario ya que pueden suponer un “trabajo extra” que no están dispuestos a hacer, es decir, justo el objetivo contrario de la despaquetización que era simplificar y hacer más sencilla la experiencia del usuario. Esto en ocasiones es sinónimo de pérdida de usuarios para la aplicación.