Alternativa a los depósitos
La gran cuestión a la que se enfrentan muchos ahorradores en estos momentos es qué hacer con el dinero que tienen invertido en depósitos bancarios a plazo fijo que vienen venciendo en los últimos meses o que van a hacerlo próximamente. Esta cuestión surge de la situación excepcional de tipos de interés históricamente bajos que se vive en Europa y España y que supone que un ahorrador acostumbrado a recibir un interés moderadamente positivo en los últimos años apenas vaya a recibir ahora un 1% bruto en el mejor de los casos. Además, como sucede con el mercado de bonos, normalmente a menor riesgo asumido menor rentabilidad ofrecida por lo que la remuneración de los depósitos en algunas de las entidades bancarias más sólidas puede no llegar al 0,50% anual bruto.
La opción alternativa más natural sería la renta fija ya que los ahorradores debieran tener presente que al final un depósito bancario no es otra cosa que una especie de deuda o bono por el que el ahorrador presta su dinero a una entidad (en el caso de los depósitos un banco) y que este entidad lo invierte en su negocio (en este caso normalmente préstamos) a cambio de una remuneración que en el caso de los depósitos lo denominamos interés y en el de los bonos cupón. Sin embargo, el problema que aquí nos encontramos es básicamente el mismo que con los depósitos. Los tipos están tan bajos que los cupones que ofrecen los bonos de grandes empresas de alta calidad y solidez son también muy bajos. La opción para aumentar dicha remuneración es alargar el plazo de la inversión (vencimiento) de los bonos en que se invierte y/o bajar su nivel de calidad. Esto último no es otra cosa que considerar bonos de empresas emisoras (sean estas empresas financieras o de cualquier otro sector) cuya solidez es menor y por tanto la seguridad de que nos devolverá el principal de la inversión con sus correspondientes cupones o intereses no tan elevada. En este punto es importante recordar una vez más que los depósitos bancarios como un tipo de deuda que son no están exentos de riesgos ya que el emisor (el banco) puede sufrir un mal desempeño de su negocio e incurrir en dificultades para atender sus obligaciones sean estas el repago de intereses de sus bonos emitidos o de sus depósitos.
Otra opción para los que desean recibir unos intereses o rentas regulares es plantearse la inversión en acciones de compañías que paguen un dividendo alto. Efectivamente en el caso español y europeo por ejemplo existen bastantes compañías cuyas acciones actualmente ofrecen a sus accionistas jugosos dividendos. Hace un par de semanas en estas páginas por ejemplo revisábamos la gestión de un fondo de inversión de bolsa europea cuyo dividendo medio para todas las acciones en cartera rondaba el 4% anual. Se trataría de una propuesta muy atractiva en términos de rentabilidad pero hay que tener presente dos riesgos: uno es que el dividendo de una compañía puede ser reducido o cortado en cualquier momento mientras que en un bono es normalmente fijo; el segundo es que las acciones tienen unas elevadas fluctuaciones en su cotización bursátil que les puede llevar a sufrir muy considerables minusvalías temporales de doble dígito. No suele ser este último el riesgo que están dispuestos a asumir una gran parte de los ahorradores que tienen parte de sus ahorros en depósitos bancarios a plazo fijo.
Como verán las opciones más obvias para los poseedores de depósitos son en realidad escasas y si desean obtener una rentabilidad superior como a la que estaban acostumbrados hasta hace poco del 2-4% la asunción de riesgos inevitable. Por ello les llamo la atención de lo que está sucediendo en el mercado de fondos de inversión doméstico, espacio lógico de destino de parte de los dineros que abandonan los depósitos. Según los datos que recopila la Asociación de fondos Inverco mes a mes lo que se observa este año es que el dinero está saliendo de los fondos monetarios y los fondos de renta fija a corto plazo, justamente el tipo de activo de mayor equivalencia con los depósitos. Es decir aquel tipo de activo y fondos con mayor parecido con los depósitos por su perfil de riesgo no se está beneficiando de entradas de dinero. Por el contrario, las entradas se están concentrando de manera masiva en fondos de renta fija a largo plazo y sobre todo fondos mixtos de renta fija y renta variable en diferentes proporciones. Nuestra sospecha es que una parte sensible de estas entradas proviene de ahorradores habituados al depósito a plazo y que desconocen realmente las implicaciones de estas inversiones bien por mal asesoramiento o por desconocimiento.
Nuestra recomendación general es que una rentabilidad anual neta del 1% en estos momentos es un objetivo excelente para aquellos ahorradores que busquen seguridad y baja volatilidad para sus ahorros ya que los tipos y la inflación (los puntos de referencia siempre) se encuentran básicamente en cero y los riesgos de mercado son elevados. Además, como siempre también, los ahorros deben diversificarse ampliamente y no deben ponerse todos los huevos en una cesta. Así, huyan de cantos de sirena que puedan llevar a lamentos indeseados.