¿Por qué "pasar" de usar una tarjeta de crédito?
Las tarjetas bancarias son concebidas como una herramienta con la que poder tener acceso al pago y retirada de dinero de una forma más cómoda, ya que se sustituye el dinero en efectivo por un simple plástico. Son un gran medio de pago aceptado en prácticamente todo el mundo y que cada vez tiene más adeptos. Sin embargo las tarjetas tienen sus pros y sus contras en los que el factor humano tiene una gran importancia. El uso adecuado de este medio de pago será fundamental.
Aunque según los datos del Banco de España indican que hay 68,43 millones de tarjetas bancarias en circulación, de las cuales 43,36 millones son de crédito, hay quien no contempla tener en su cartera una de ellas, ¿por qué?
- Porque compro en el pequeño comercio. Aunque el pequeño comercio no está reñido con pagar o no con tarjeta, sí es cierto que contar con un datafono y un sistema de cobro con tarjetas puede suponer para el pequeño comercio un gasto extra. Contribuir con la perdurabilidad del pequeño comercio es posible si se acude a la compra en estos establecimientos y además se paga en efectivo, ya que son los que mayores tasas soportan (aunque progresivamente se han ido reduciendo).
- Porque facilita el control del gasto. Al no ver el dinero ni poder tenerlo entre las manos, es más fácil que el control del gasto se deje de lado. Con la tarjeta pagas y pagas y no cambia nada, salvo que en el extracto de la cuenta hay menos dinero. Quizá no se trate de dejar de tener tarjetas, sino que lo ideal para llevar una mejor gestión de los gastos es dejarlas para situaciones de emergencia.
- Por el miedo a equivocarnos en el pago. Las tecnologías aunque cada vez son más fiables y están más depuradas, también pueden fallar. Un fallo en la tecnología o bien incluso un fallo humano al introducir mal un número puede ser sinónimo de un “agujero” en la cuenta, lo que supondrá un desastre para la economía particular.
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Porque es inseguro. Al utilizar una tarjeta, uno es el responsable de los cargos que se realizan en ella. Pero no es raro oír aquello de la duplicación de la tarjeta al pagar en algún establecimiento o escuchar que se ha producido un fraude a la hora de comprar de forma online. En este último caso, genera inseguridad tener que introducir datos personales o el número de la propia tarjeta por temor a sufrir una estafa. Para estos casos, existen tarjetas con seguros gratuitos que protegen tus compras y que evitan el fraude.
- Porque tengo "alergia" a los bancos. Hay quien huye de toda relación con una entidad bancaria y en caso de no poder huir (que resulta prácticamente imposible), busca tener un mínimo vinculación, es decir, tener el menor número de productos contratados posibles. Tener una tarjeta de crédito puede ser el siguiente paso tras la apertura de una cuenta y domiciliación de una nómina por ejemplo.
Actuar y utilizar con cautela las tarjetas de crédito es la mejor manera para no caer en un endeudamiento sin control y así no tener que “pasar” de su uso. Las tarjetas de crédito resultan una buena herramienta que puede salvar de más de un aprieto, pero que un uso inadecuado también puede ser generador de problemas en un futuro más cercano que tardío.