Suspensos concentrados en Italia y Grecia
El mayor impacto en capital del test en términos absolutos es para la banca francesa
Los resultados del test de estrés a la banca europea no arrojan un déficit de capital ni mucho menos capaz de amenazar la estabilidad financiera de la zona euro, aunque sí aportan información valiosa sobre la fragilidad de algunas entidades concretas y de la tarea pendiente que tienen por delante especialmente dos países respecto al estado de salud de sus bancos en el contexto actual de dificultad económica: Italia y Grecia.
La prueba incluye un total de 25 suspensos tomando como referencia los balances a cierre de 2013, si bien solo 13 bancos afrontan la necesidad de cubrir su déficit de capital, puesto que los otros 12 restantes ya han ido supliéndolo a lo largo del presente ejercicio. Y en ese reducido grupo, apenas un 10% del total de bancos analizados por el Banco Central Europeo y la Autoridad bancaria Europea, destaca la presencia de entidades italianas y griegas. De las 25 entidades que han suspendido la prueba de solvencia –sin contar por tanto con los que luego han aprobado en la repesca– nueve son italianos, tres griegos, tres chipriotas, dos belgas y dos eslovenos. Y de los 13 que van a necesitar capital, Italia y Grecia siguen acaparando los titulares. Aparecen cuatro entidades italianas –Monte dei Paschi di Siena, Banca Carige, Popolare di Vicenza y Popolare di Milano–; y dos griegas –Eurobank y National Bank of Greece–, que presentan los mayores déficit de capital.
Italia tiene el dudoso honor de acoger al banco con mayores necesidades de capital tras el test de estrés. Banco Monte dei Paschi di Siena, el tercero mayor del país, deberá captar 2.110 millones de euros. Con un ratio Tier 1 de punto de partida del 10,2%, su capital queda en -0,1% en el escenario más adverso de la prueba de esfuerzo. Todo ello después de que en 2013 recibiera ayudas públicas por 4.100 millones de euros –es el único banco italiano al que se ha socorrido– y tras realizar una ampliación de capital de 5.000 millones en el mes de junio. El banco toscano sigue purgando el coste de la adquisición en 2007 de Banca Antonveneta, está inmerso en un ajuste de 500 oficinas y 8.000 empleos y se ha visto además envuelto en un escándalo por las pérdidas sufridas en el mercado de derivados que puso de manifiesto la polémica influencia política en su gestión.
El Banco de Italia ha acudido a rebajar la presión sobre la banca transalpina y señala que los déficit de capital detectados son “completamente atribuibles al escenario adverso de las pruebas de tensión”, al tiempo que recuerda que ningún banco queda con necesidades de capital a resultas del ejercicio de valoración de activos (AQR). Aunque sí quedan por debajo del 8% de ratio de capital Tier 1, el nivel mínimo de solvencia en el escenario base de estrés que se aplica en la prueba una vez revisada la calidad de los activos.
Banca Carige es otra de las entidades italianas que necesita capital –814 millones de euros–, mientras que Popolare di Vicenza y Popolare di Milano necesitan 220 y 170 millones de euros, respectivamente. El vicepresidente del Banco de Italia, Fabio Panetta, considera que el escenario macroeconómico sobre el cual se ha juzgado a los bancos italianos “ha sido muy duro” y ha dicho que prácticamente equivalía a asumir una “quiebra de la economía italiana”. Además, Panetta ha explicado a la prensa, al comentar los datos de las pruebas de solvencia, que la hipótesis de proceder a una serie de fusiones y adquisiciones bancarias en el país contaría con el apoyo de la institución “si estas sirvieran para reforzar la economía”, informa Efe. En cualquier caso, los grandes bancos italianos, que si bien han superado el test, tampoco lo han hecho en una posición sumamente holgada. Intesa Sanpaolo ha obtenido en el escenario adverso un capital Tier 1 del 8,3%, por debajo del 9% de Santander y BBVA. La nota de Unicredit, superior al 5,5% del mínimo exigido, es del 6,8%, y la de Mediobanca, del 6,2%.
La llamada de advertencia que el test del BCE arroja sobre la banca italiana se suma a las numerosas presiones que afronta la economía italiana, para la que tanto la institución que preside Mario Draghi como la Comisión Europea reclaman reformas estructurales con las que dar mayor fiabilidad al Plan de Estabilidad y Crecimiento. La economía italiana entró además en el segundo trimestre del año en recesión técnica, que se verá confirmada en el tercer trimestre de este año, según avanzó la pasada semana el propio Banco de Italia.
Dos bancos griegos con déficit
Grecia es el siguiente país con mayor número de entidades con necesidades de capital. Eurobank aparece como el segundo peor banco de la zona euro, ya que deberá recapitalizarse con 1.760 millones de euros, que se añaden a los 930 millones de National Bank of Greece.
Mención especial merece el caso del belga Dexia, que ya fue rescatado en 2008 por los gobiernos de Francia, Bélgica y Luxemburgo con 6.400 millones de euros y que recibió un segundo rescate en 2012 por 5.500 millones. La entidad afronta ahora un nuevo déficit de capital de 340 millones de euros, si bien no será necesario que se recapitalice según el calendario que deberán seguir el resto de bancos suspensos por su condición de banco nacionalizado, según explica el BCE.
Portugal, otro de los países donde la banca había quedado en evidencia tras el inesperado rescate de este verano de Banco Espírito Santo, tambien aporta una entidad a la lista de entidades con nota insuficiente y necesidades de capital. Banco Comercial Portugal deberá recapitalizarse con 1.150 millones de euros. El portugués Caixa Geral aprueba pero con un capital de apenas el 6,1% en el escenario adverso, frente al 5,5% del mínimo previsto.
La cuota de suspensos de la europea periférica se completa con el irlandés Permanent TSB, con un déficit de capital de 850 millones de euros. Y la europa de la triple A también tiene un representante entre los bancos suspendidos sin paliativos, el austríaco Volksbanken, con un déficit de capital de 860 millones de euros.
Un único suspenso alemán
La banca alemana, que también había estado en el foco de las quinielas para posibles necesidades de capital, solo sufre un suspenso entre sus bancos, si bien figura entre los que aprueban en la repesca. Es decir, que corrrigen su déficit de capital con las medidas adicionales tomadas a lo largo de 2014. Se trata del banco germano Münchener Hypothenkenbank , con un volumen de activos de 34.900 millones de euros. De un tamaño por tanto inferior al más pequeño de los bancos españoles examinados, Grupo Cajamar, con 42.096 millones de euros.
El español Liberbank también aparece en la lista de entidades que, si bien suspensas en principio, no tienen déficit de capital gracias a los recursos captados este año. Al listado de la repesca se suman los chipriotas Cooperative Central Bank y Banc of Cyprus; los italianos Veneto Banca, Banco Popolare, Credito Valtellinese, Banca Popolare di Sondrio y Banca Popolare dell’Emilia Romagna; el belga Axa bank Europe; el francés Caisse de Refinancement de l’Habitat, y el griego Piraeus Bank.
El mayor recorte, para Francia
La foto fija de la prueba de estrés deja por tanto el mayor número de suspensos entre la banca italiana. Pero el mayor impacto en términos de capital lo encaja la banca francesa, a la que la aplicación del escenario económico adverso supone un tijeretazo en capital de 49.200 millones de euros, la mayor cifra por país en términos absolutos. Tal recorte queda en cambio absorbido por unos bancos en mejor posición de solvencia que los italianos, el segundo país donde más pesa el escenario adverso, ya que resta un total de 47.100 millones de capital a sus entidades. En tercer lugar aparece la banca alemana, con un impacto de capital conjunto de 46.400 millones en el escenario adverso del test.
El impacto en capital del conjunto de la prueba llega a ser idéntico en la banca griega, 22.500 millones de euros, que en la española, con un volumen de activos muy superior. En porcentaje sobre los activos ponderados por riesgo, en los que se centra el ejercicio de AQR, el mayor impacto se ve en la banca chipriota, donde el déficit de capital equivale a más del 6% de esos activos.
En el vagón de cola
Monte dei Paschi
Es el banco hacia el que dirigirán hoy todas las miradas los inversores. Se anota el suspenso más sonoro del test de estrés, con una necesidad de capital inicial de 4.250 millones de euros que logra mitigar, gracias a las medidas adoptadas este año –incluida una ampliación de capital– a una necesidad de 2.110 millones de euros. La mayor en términos absolutos de entre todos los bancos que han suspendido el test. Su mal resultado incluso ha abierto la puerta a una posible fusión con otra entidad, un escenario hacia el que ayer se inclinaba el Banco de Italia.
Popolare di Milano
Es otro de los bancos italianos que suspenden el test y deberá resolver un déficit de capital por 170 millones de euros. Es además el banco que más activos ponderados por riesgo tiene sobre su volumen total de activos, el 88%, lo que le hace especialmente vulnerable a una situación se estrés y deterioro de la cartera crediticia. Su posición de partida en el ejercicio ya era débil, con un capital Tier 1 del 7,3%, que se reduce al 6,9% tras la revisión de activos AQR.
Banco de Chipre
Aparece en la lista inicial de suspensos, con un déficit de capital de 920 millones de euros. Pero la recapitalización por 1.000 millones de euros lograda a lo largo del ejercicio elimina la necesidad de reforzar solvencia a consecuencia del test. Aun así, figura como la entidad de la zona euro con un ratio de morosidad más elevado, del 44,74%, seguida del también chipriota Cooperative Central Bank –también suspenso pero sin déficit de capital–, con una morosidad del 39,9%, y del griego Alpha Bank, con el 35,8%.
BCP
Es el único señalado en rojo de la banca de Portugal, que ya vivió un momento de gran incertidumbre el pasado verano con motivo del rescate inesperado de Espírito Santo, justo cuando el ejercicio de revisión de activos terminó por aflorar sus necesidades de capital. El banco Comercial Portugués (BCP) deberá reforzar capital en 1.150 millones de euros, la tercera mayor cifra del resultado del test, solo por detrás de Monte dei Paschi y del griego Eurobank. El otro gran banco luso,Caixa Geral, tiene un aprobado raspado en el escenario adverso, del 6,1%.
Dexia
Su aprobado en los test de estrés de 2011 fue uno de los que dejaron en evidencia al ejercicio cuando necesitó una segunda inyección de capital público el año siguiente. Ahora es uno de los bancos suspendidos y presenta una necesidad de capital por otros 340 millones de euros –después de ayudas públicas de alrededor de 12.000 millones– si bien no se le exige recapitalizarse en esa cuantía por su condición de banco nacionalizado.