Rajoy se suma a la presión para que el BCE suba la inflación
La cumbre de la zona euro, celebrada hoy en Bruselas, se convirtió en un largo gabinete de crisis ante el riesgo de que el bloque caiga en otra recesión o que entre en una espiral de deflación. La tensión entre las capitales parece ir a más con reproches mutuos que cada parte intenta hacer recaer en el vecino los ajustes necesarios para retomar la senda de la recuperación. La tensa relación entre el presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel, no facilita la búsqueda de una solución.
Esta reunión sirvió al menos para que todos los socios e instituciones asuman un estado de alerta ante una coyuntura que parece deteriorarse por momentos. Incluso Merkel admitió que los datos de crecimiento no son satisfactorios y que “hacen falta medidas para impulsar el crecimiento”.
Rajoy también endureció el tono, en particular hacia el BCE, cuyo presidente, Mario Draghi, acudió al almuerzo de trabajo con los 18 presidentes de Gobierno de la zona euro. “La inflación es del 0,3%, el objetivo del BCE es del 2% o ligeramente por debajo del 2%”, subrayó Rajoy para poner de manifiesto que Fráncfort parece estar incumpliendo su mandato.
Rajoy se sumó a los países que, como Francia o Italia, consideran que el BCE debe intensificar su intervención para impulsar al alza una inflación que, si sigue cayendo o se mantiene en niveles tan bajos, puede poner en peligro la recuperación de España.
Rajoy no entró en detalles sobre las medidas que debe adoptar Draghi. Los analistas apunan a una compra masiva de deuda privada o a una devaluación del euro, para fomentar la inflación o importarla. “El BCE es independiente”, dijo Rajoy, “pero sabe mejor que nadie lo que tiene que hacer. En el pasado ya ha tomado algunas medidas muy buenas”.
Draghi, bloqueado
Draghi también dibujó un panorama nada halagüeño durante su encuentro a puerta cerrada con los líderes de la zona euro. El italiano, según fuentes del BCE, recordó que en 2012 se evitó la catástrofe (con su plan de compra de deuda pública, nunca activado) y que ahora el reto es evitar la recaída.
El presidente del BCE parece harto de ser la tabla de salvación y exigió a los Gobiernos que cumplan su parte del trabajo, es decir, reformas para potenciar el crecimiento, inversión en los países con margen presupuestario como Alemania y ajustes en Francia e Italia. “No pregunten qué pueden hacer las instituciones [como el BCE] por ustedes, sino lo que ustedes pueden hacer por las instituciones”, parafraseó Draghi a Kennedy, según el BCE.
De momento, la única respuesta que ofrecen esos líderes es el plan de inversión de 300.000 millones de euros anunciado por el nuevo presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para 2015 y 2016. Bruselas también pide un mayor esfuerzo inversor a Berlín y recortes a París y Roma. Tres condiciones que, de cumplirse, facilitarían la intervención de Draghi que pide Rajoy.
Cameron se resiste a pagar su cuota de 2.000 millones
El primer ministro británico, David Cameron, expresó su “indignación” por la petición que la Comisión dirigió al Reino Unido para que haga una aportación adicional de 2.100 millones de euros al presupuesto de la UE antes del 1 de diciembre. Cameron aseguró que se trata de una factura “completamente inaceptable” y que no la pagará. Además, anunció que habrá una “reunión de emergencia” de los ministros de Economía de los Veintiocho para buscar una solución a esta disputa. Dijo que cuenta con el apoyo de Holanda, Italia, Grecia y Malta, que también deben pagar.
La contribución extra que Bruselas pide a Londres se debe, en opinión de Cameron, a la revisión al alza de su producto interior bruto (PIB) por los cambios metodológicos que acaban de introducirse para tener en cuenta el impacto del I+D y de actividades ilegales como la prostitución o las drogas. Sin embargo, Bruselas aseguró que este cambio de base nada tiene que ver, puesto que no entrará en vigor a efectos de contribución al presupuesto hasta 2016. También tendrán que realizar una aportación adicional considerable Holanda (642 millones) o Italia (340 millones). En contraste, a Francia se le devolverán 1.100 millones, a Alemania 780 millones y a España 170 millones.
“Esto es completamente inaceptable”, espetó Cameron en rueda de prensa al término del Consejo Europeo, durante el que el primer ministro británico planteó la cuestión. “Es una forma inaceptable de funcionamiento para esta organización presentar una factura como esta con una cantidad de dinero tan vasta y con tan poco tiempo para pagarla y es una forma inaceptable de tratar a uno de los mayores contribuyentes a la UE”, denunció.