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Columna
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Rolls Royce pierde fuerza

Rolls Royce está revisando de nuevo a la baja sus previsiones, después del salvaje profit warning de febrero. La decepción está empezando a convertirse en lo único en que los inversores pueden confiar.

Es cierto que la empresa está ofreciendo unas previsiones más amplias que antes. Su actualización del 17 de octubre incluía una guía detallada de los ingresos y beneficios esperados división por división para 2014.

Las previsiones de 2015 no son halagüeñas. Rolls aseguró que las ventas globales podrían aumentar –o caer– un 3%. Los beneficios del próximo año, agregó, serían planos en el mejor de los casos y podrían caer hasta en un 3%. Sus acciones cayeron un 14% lo que apunta a que los inversores temen claramente que el pronóstico resulte demasiado optimista.

Los partidarios de la firma británica han llamado mucho a la confianza en Rolls por su prometedora exposición a las robustas tendencias mundiales. Los pedidos de sus motores a reacción están respaldados por la demanda de los mercados emergentes. En generación de energía, sus modernas turbinas ayudan a los clientes a mejorar la eficiencia y reducir la contaminación.

Aunque se trata de una inversión convincente en abstracto, Rolls funciona en el mundo real. Las sanciones contra Rusia están hundiendo la demanda de sistemas de energía Rolls, según la compañía. El menor precio del petróleo está disuadiendo la inversión en equipos de perforación marinos de Rolls.

Un nuevo compromiso para recortar costes ayudará –especialmente, porque su ahorro da cierta confianza sobre el beneficio del año en curso–. La dirección también confía en generar una rentabilidad de entre el 13,5% y el 14,5% en las ventas.

Pero, pese a todos los intentos de proporcionar claridad, los inversores tienen una razón para dudar. Antes del profit warning, las acciones cotizaban en un múltiplo de 14 veces sus previsiones de ingresos, un 14% por encima de sus rivales. A partir de ahora, Rolls tendrá que luchar.

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