“Alemania hizo reformas, pero sin consolidación fiscal”
Desir afronta un curso político en el que Francia va a acaparar los titulares de la prensa europea ante el estancamiento de su crecimiento y su negativa a asumir las tesis de austeridad de Bruselas y Berlín. Cree que la recuperación solo vendrá de un alza de la inversión pública y privada y de la mejoría de los ingresos fiscales. Por ello, exige llevar hasta las últimas consecuencias el plan de inversión de 300.000 millones apadrinado por el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
Pregunta. Francia ha encadenado tres trimestres consecutivos de crecimiento cero y el objetivo de déficit no se va a cumplir este año. ¿Es Francia el nuevo enfermo de la UE?
Respuesta. No. Francia es la segunda economía de Europa. El crecimiento ha sido nulo como en el resto de la zona euro; incluso en Italia o Alemania, el PIB cayó dos décimas. La inflación en Francia está en el 0,4%, muy por debajo del 2% que es el objetivo marcado por el Banco Central Europeo. Al igual que Draghi, el Ejecutivo francés considera que existe un riesgo de deflación y que se necesita una respuesta muy fuerte, con la combinación de cuatro instrumentos políticos: la política monetaria, la política presupuestaria fundada en la flexibilidad del Pacto de Estabilidad, la inversión y la reinserción de los jóvenes en el mercado laboral.
"Queremos reforzar la capacidad de intervención del Banco Europeo de Inversiones, para estimular la demanda interna y el crédito”
P. El Pacto de Estabilidad fija un déficit por debajo del 3% para 2016. ¿Es viable en el actual escenario de recesión económica?
R. No queremos modificar el pacto de estabilidad, pero sí queremos utilizar todas sus flexibilidades. El propio pacto establece que la consolidación fiscal tendrá en cuenta el crecimiento. Hay que tener ese debate en las instituciones europeas. En la cumbre de este otoño queremos que se usen todas las herramientas para devolver el crecimiento, no creemos que las políticas de austeridad sean una buena respuesta en este momento. Francia ha tomado decisiones a través de un control riguroso del gasto público. Esas medidas son irreversibles, se votaron en la Asamblea Nacional hace una semana; y se van a llevar a cabo. Pero no vamos a ir más allá del plan de recorte de 50.000 millones de euros de aquí a 2017. No sería bueno para la economía general y significaría sacrificar el futuro de la población.
La respuesta no es la austeridad, sino devolver dinamismo a la actividad europea. Y para ello queremos reforzar la capacidad de intervención del Banco Europeo de Inversiones, especialmente en lo que se refiere a demanda interna, y a dar crédito a las pymes.
“Para reducir el déficit más rápido necesitamos más crecimiento y más ingresos fiscales y eso solo vendrá de una mayor demanda”
P. Desde Berlín y Bruselas se piden más reformas en el mercado de trabajo, en pensiones o en negociación colectiva. ¿Se han marcado alguna línea roja que no quieren sobrepasar?
R. Ya hemos hecho reformas en el mercado de trabajo y en las pensiones. En estas últimas, alargamos los años de cotización a cambio de adelantar las jubilaciones para los trabajos más penosos. Aún hay cosas por hacer en la educación para mejorar las malas cifras de fracaso escolar. Frente a los recortes creemos que una fórmula mejor es la bajada de 40.000 millones de cotizaciones a las empresas, lo que les va a permitir que encuentren márgenes de inversión. Alemania hizo esas reformas hace diez años, pero cuando las hizo había crecimiento y no había consolidación fiscal. Haremos las reformas, pero a un ritmo compatible con el crecimiento.
P. Defienden que el problema no es tanto de oferta, como de demanda. ¿Cuál es su diagnóstico de la situación?
R. No hay que oponer política de oferta y apoyo a la demanda. Las reformas que se tienen que hacer en Europa deben servir para estimular la demanda de los hogares y la inversión pública y privada. Al mismo tiempo, cada país debe hacer reformas estructurales. Francia sí va a reducir su déficit, ya que va a recortar 21.000 millones en el presupuesto de 2015. Pero para reducir el déficit más rápido necesitamos más crecimiento y más ingresos fiscales y eso solo vendrá de una mayor demanda.
“No habrá un gobierno de concentración”
Desir ha dejado recientemente la secretaría general del Partido Socialista Francés, en un momento especialmente convulso, en el que las decisiones del primer ministro Manuel Valls han provocado una fractura muy importante entre los diputados socialistas. Preguntado por la posibilidad de que se produzca un gobierno de concentración hasta el final de la legislatura, Desir se muestra rotundo. “No. No vamos a cambiar la mayoría que salió de las últimas elecciones generales. El primer ministro Valls ha presentado un plan de reformas que ha sido aprobado por el congreso para llevarlas a cabo hasta el final de la legislatura. Hay posibilidades de consenso y de acuerdos, pero en ningún caso vamos a cambiar la mayoría”, asegura.
La interlocución con las autoridades comunitarias, dañada por las disensiones en cuanto a las políticas de austeridad, podría mejorar con el nombramiento de Pierre Moscovici, exministro socialista, como comisario europeo de Asuntos Económicos. Preguntado por este asunto, Desir se muestra satisfecho de que un comisario francés ocupe una cartera tan importante para el crecimiento. “Aportará su experiencia y su dinamismo. Pero no tengo dudas de que como comisario velará por el interés general y no por el francés”.