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Negociaciones sobre salarios

El gran reto de pagar las nóminas a final de mes

Las dificultades no cesan, pero algunos sectores esperan que las condiciones laborales mejoren

Tras unos meses de subidas, los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) vuelven a dibujar un panorama gris: la disminución en el primer trimestre de 2014, del 0,2%, en el coste laboral de las empresas refleja, una vez más, el estancamiento en los salarios, principalmente, en las pequeñas y medianas compañías que son las que conforman casi el 95% de nuestro tejido empresarial y por ello, principales empleadores.

Desde UGT aseguran que “el desplome salarial ha sido algo continuo y evidente desde marzo de 2012” y achaca la mejora puntual de trimestres atrás “a su comparativa con los mismos meses de 2012, cuando los empleados públicos no cobraron su paga extra”.

También pintan bastos en los planes de futuro. El nuevo curso arranca con el vencimiento del actual convenio colectivo (en el mes de diciembre) y la negociación sobre la mesa del que será el próximo. UGT, Comisiones Obreras, la CEOE y Cepyme trabajan ya en el Tercer Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), y todo indica que esta vez, la evolución salarial no será impuesta sino que se realizará en base a recomendaciones para las empresas, en función de sus resultados y de la economía.

El presidente de Cepyme, Jesús Terciado, aseguró que “la subida se quedaría solo en aquellos sectores que están funcionando, están internacionalizados y tienen pujanza”, por lo que no son buenas noticias para el grueso de los trabajadores. Eso sí, asegura que es necesario un auge de salarios, “pero que debe completarse con una reducción de cargas impositivas, tanto directas como indirectas”.

Los expertos reclaman un pacto social para compensar la caída de los sueldos

Desde luego, el estancamiento salarial no es una nimiedad. Para el catedrático de Economía de la Universidad Autónoma de Barcelona, Josep Oliver, “España debe hacer frente a dos problemas contrapuestos: la mejora de la productividad y la caída del poder adquisitivo”.

Sin embargo, la relación entre ambos factores es directa ya que el arma más recurrente para el auge productivo en las pymes es el frenazo en las subidas salariales y ello disminuye la capacidad de gasto de las familias.

A pesar de la necesidad de continuar con el ajuste salarial “es imprescindible un pacto social para compensar esta caída en los sueldos. Hay que romper la tendencia involucrando a todos los actores”, reclama el experto.

En el mismo barco

Si pesada es la carga de los trabajadores de las pequeñas empresas, difícil también es la situación de los responsables de abonar sus nóminas. El presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE), Ángel Monroy, asegura que “los pequeños empresarios se están ahogando en un sinfín de dificultades”.

A la caída de la facturación se añade subidas de IVA, el parón del crédito, la caída del consumo, la morosidad (principalmente de las Administraciones), los altos costes de las cuotas de Seguridad Social por trabajador… el resultado es insostenible.

“Cualquier empresario quiere pagar más y mejor a sus empleados, no hay que olvidar que el trabajador bien pagado estará más motivado”, apunta Monroy. Pero hay que destacar el altísimo coste por trabajador: “Por cada sueldo de 1.200 euros que recibe un empleado de una pyme, al empresario le cuesta casi el doble”, explica. Y es que “solo en cotizaciones a la Seguridad Social hay que pagar el 33%”, añade.

A esto se suma una nueva realidad en cuanto a las cotizaciones. Monroy recuerda que “anteriormente, si no teníamos dinero para pagar al organismo se podía solicitar un aplazamiento con un 5% de recargo, ahora la penalización asciende al 20% y solo tres oportunidades”, un duro golpe para las pymes.

Pero ¿qué es lo primero a recortar cuando peligran las nóminas? “Casi siempre se tiende a tirar de lo prescindible”, responde. Se empieza, por ejemplo, por los gastos de viajes, diciendo adiós al hotel de cuatro estrellas y posteriormente, se entra en negociaciones con los empleados para ajustar las horas extras o si es necesario, prescindir de una paga extraordinaria.

Para los empresarios “desde luego la austeridad no es la solución. La crisis acabará cuando las pymes empiecen a contratar y subir sueldos y para ello es fundamental un bajada de impuestos”.

Alicia Malumbres, directora de la iniciativa público-privada Impulsando Pymes, “uno de los grandes problemas es que las pequeñas empresas no pueden pagar el talento que necesitan”. No hay que olvidar que la contratación de personal es un motor fundamental para el crecimiento de una compañía, “sin ello es imposible dar el paso para exportar, crecer o investigar”.

Sergio Hinchado, de la consultora de recursos humanos Hays, expone que “a excepción de los sectores industriales y de exportación, pocas pymes hay donde la situación laboral no sea inestable”. Además, asegura que “no solo es un problema de salarios, también influye en la mala calidad del trabajo”. El portavoz confía en “una recuperación lenta y a largo plazo de los sueldos”.

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