El liberal Emmanuel Macron, nuevo ministro de Economía francés
El presidente francés, François Hollande, nombró hoy su nuevo Ejecutivo, el cuarto desde que tomó posesión del cargo en mayo de 2012, encabezado por segunda vez por Manuel Valls y en el que hay una mayoría de ministros que continúan, pero no los tres que habían criticado la orientación económica del Ejecutivo. El hasta ahora ministro de Economía, Arnaud Montebourg, cuyas dudas sobre el rumbo del Gobierno provocaron la crisis actual, abandona el cargo en favor de Emmanuel Macron, hasta hace unos días secretario general adjunto de la presidencia.
Este es el nombramiento más relevante porque oficializa el giro a la derecha de la política económica de Hollande. Nacido en 1977, Macron, considerado del ala derecha del Partido Socialista, liberal y partidario del libre mercado, inició su carrera profesional en la banca Rotschild, en la que permaneció cuatro años hasta que fue nombrado secretario general de la Presidencia.
Benoît Hamon, que también había emitido dudas sobre la política económica desde la cartera de Educación, será sustituido por Najat Vallaud-Belkacem, la primera mujer que se hará cargo de este puesto en la historia de Francia.
Vallaud-Belkacem, también de 36 años, es una fiel de Hollande que forma parte del Ejecutivo desde su llegada al Elíseo y que ha ido incrementando su peso en el mismo. Comenzó como secretaria de Estado y portavoz del Gobierno, para ser nombrada ministra de Derechos de las Mujeres, Urbanismo, Juventud y Deportes en el anterior Gobierno de Valls, salido de la derrota de los socialistas en las municipales de abril pasado. Ahora se ocupará de uno de los ministerios más importantes del país, a pocos días de que comience un nuevo curso escolar, en sustitución de Hamon, representante del ala más izquierdista del Partido Socialista.
El tercer ministro crítico, la responsable de Cultura Aurélie Filippetti, dejará su cartera a Fleur Pellerin, hasta ahora secretaria de Estado de Turismo. A punto de cumplir 41 años, Pellerin, nacida en Corea del Sur, también figura en el Ejecutivo desde la victoria de Hollande en 2012 y también ha ido creciendo en su seno.
El Gobierno mantiene a los pesos pesados, como Laurent Fabius al frente de Exteriores, Ségolène Royal en Ecología o Christiane Taubira en Justicia. Esta última, que se había solidarizado con los ministros críticos, mantiene un puesto desde el que, entre otras, impulsó la ley del matrimonio homosexual.
El nuevo Ejecutivo no cuenta con ministros ecologistas, pese a las negociaciones que mantuvo Valls con ese partido, pero mantiene a tres miembros del Partido Radical de Izquierdas, que cuenta con 17 diputados, un apoyo necesario para el Gobierno en un momento en el que muchos socialistas se muestran críticos con el mismo.
Tras haberse anunciado ayer lunes la dimisión en bloque de su Gobierno y el encargo a Valls para que formara otro, el nuevo Ejecutivo cuenta con pocos cambios y mantiene la paridad, con ocho hombres y ocho mujeres.
La crisis de Gobierno del lunes llegó después de un agitado fin de semana en el que el ministro de Economía, Arnaud Montebourg, y el de Educación, Benoît Hamon, criticaron la política de austeridad económica del Gobierno y pidieron un giro radical.
Tanto Montebourg como Hamon dijeron públicamente que no entrarían en el nuevo gabinete y criticaron abiertamente a Valls y Hollande. El primero de ellos dijo que durante los dos años que ha permanecido en el Ejecutivo había tratado de convencer a Hollande de “rechazar para nuestro país las respuestas excesivas”, y que como no lo ha logrado, “los resultados están ahí. Francia está parada y el desempleo continúa su progresión”.
“Se sabe -afirmó- que las políticas de austeridad, de subidas de impuestos o de reducción del gasto público decididas por los gobiernos son ahora las causas de la prolongación y del agravamiento inútil de la crisis” en Europa. “El mundo nos suplica, incluso, que cesemos estas políticas de austeridad absurdas que siguen hundiendo la zona euro en la recesión y pronto en la deflación”, añadió.
Hamon, por su parte, señaló hoy que sale del Gobierno porque como los otros dos colegas que han dicho que hacen lo mismo, no está de acuerdo con su “política de austeridad” porque sin un cambio se corre el riesgo de que llegue el poder el ultraderechista Frente Nacional (FN).
La exministra de Cultura Aurélie Fillipetti, que justificó esta mañana su salida del Gobierno por las diferencias que mantenía con la política de recortes, puntualizó que pese a todo apoyará al nuevo gabinete. “No cuestionábamos el esfuerzo, sino el reparto del esfuerzo”, comentó.
Para este nuevo Ejecutivo queda la labor de congelar pensiones, salarios de funcionarios y ciertos servicios públicos; financiar 30.000 millones de euros de reducción de cotizaciones patronales y cumplir con el compromiso de déficit de Francia con la Comisión Europea del 3 % del producto interior bruto en 2015, en armonía con la política de la canciller alemana, Angela Merkel.