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Columna
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El ejemplo de Colombia

Colombia gastó un 25% más en infraestructuras en el primer trimestre de este año que el pasado. Su situación presupuestaria se ha deslizado a un déficit del 1,5% del PIB desde su superávit en 2012. Pero la necesidad es clara, tras una guerra civil de 50 años que ha interrumpido los programas de construcción en un terreno difícil y montañoso. El gobierno tiene como objetivo un superávit presupuestario en 2025.

Aparte de eso, la respuesta fiscal prudente de Santos a su relativamente recién descubierta riqueza petrolera sale bien parada en comparación con Ghana, donde el FMI acaba de intervenir, o incluso Sudáfrica, donde se prevé que el déficit consolidado de 2014 supere el 4% del PIB. Por su parte, el banco central de Colombia espera un crecimiento del 4,7% este año y entre el 3,5% y el 6% en 2015.

Su política monetaria también es un ejemplo para Estados Unidos y la Unión Europea, entre otros, con un enfoque ortodoxo que no impide un crecimiento decente. El banco central ha elevado sus tipos cuatro veces en los últimos meses, hasta el 4,25%. Eso supera bien la inflación del 2,9% en lo que va de año hasta julio.

Santos y sus compañeros no están de todas formas por encima de un par de trucos pragmáticos. El 2 de agosto se firmó un acuerdo con Venezuela que permite a ambos países establecer el tipo de cambio entre sus monedas de común acuerdo. Dado que el peso de Colombia es objeto de libre comercio, a diferencia del bolívar, podría crear un arbitraje rentable para las exportaciones venezolanas a través de Bogotá, para beneficio de Colombia.

La flexibilidad de las políticas del presidente, que ha traído el progreso a las negociaciones con las guerrillas izquierdistas de las FARC, funciona igual de bien en la esfera económica. Con una política fiscal y monetaria más disciplinada, paz y nuevas infraestructuras, Santos tiene los medios para hacer de su segundo mandato otro éxito económico.

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