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Pertenece al grupo Danone desde 1994

Font Vella, el agua mineral de siempre

El manantial Font Vella, en el Parque Natural del Montseny, se explota desde 1898 El consumo de agua embotellada supuso el 41% del total en 2011, según la patronal

Manuel G. Pascual

Hace años que vemos en todas partes a gente con botellas de agua en la mano, en la mesa de trabajo o incluso en casa. Estamos acostumbrados a consumir el líquido más saludable y necesario para el cuerpo humano en botellas de plástico (y a pagar por ello). Una práctica que se entiende muy bien en aquellas zonas de la geografía española con escasez de recursos hídricos o donde el sabor del agua (que no su salubridad) deja mucho que desear. Pero que, analizado fríamente, resulta todo un logro desde el punto de vista empresarial y marketiniano en regiones como por ejemplo la Comunidad de Madrid, en la que el agua del Canal de Isabel II que alimenta los grifos es de una calidad excelente... y tiene un precio irrisorio.

Cronología

1898. Jaumet del Flabiol reparte agua de la Font Vella entre los veraneantes de Sant Hilari Sacalm (Girona). Se convierte en el primer distribuidor de estos recursos hídricos.

1917. Se realizan los primeros análisis bacteriológicos del agua, a la que se califica de “purísima e inmejorable”.

1918. El agua de Font Vella se empieza a comercializar en Barcelona. En un principio se vende a domicilio en garrafas de ocho litros.

1957. Se declara la condición de minero-medicinales (esto es, que tienen propiedades terapéuticas) para las aguas del manantial Font Vella.

1974. La marca entra a formar parte del grupo BSN, que es absorbido a su vez por la francesa Danone en 1994.

1997. Se inicia la gestión común de Font Vella y Aguas de Lanjarón, también propiedad del grupo Danone.

2001. Font Vella adquiere Fuentes de Cutamilla. Ese mismo año arranca también un proyecto multimanantial: se comienza a envasar bajo la denominación comercial de Font Vella dos aguas de mineralización débil, la del manantial de Sant Hilari Sacalm (Girona) y la de Sigüenza (Guadalajara).

2006. Fusión administrativa: la compañía pasa a llamarse Aguas Font Vella y Lanjarón.

2009. Lanzamiento de Font Vella 1,5l, primer envase en España de agua mineral natural con un 25% de plástico reciclado. Un año más tarde se hace lo propio con una garrafa de 6,25l (25% reciclado).

2011. Lanjarón comercializa la primera garrafa con un 20% de plástico de origen vegetal.

2013. Lanzamiento de Font Vella Levité, una bebida que une el agua mineral natural y el zumo de frutas.

Hace un par de décadas las botellas de agua no estaban tan presentes en nuestra vida diaria como ahora: se pedían en los restaurantes o incluso en los bares, pero la gente no las llevaba a todas partes. ¿Cómo se ha llegado a esta situación sin que haya empeorado (de hecho ha mejorado) la calidad del agua del sistema de abastecimiento público?

El cambio en los hábitos de consumo experimentado en Occidente en las últimas décadas, que ponen mucho más énfasis que antes en los productos saludables, es una parte de la respuesta. La otra mitad tiene que ver con el marketing. Font Vella, el agua mineral más bebida de España, ha sido pionera en este proceso. Desde los años noventa, sus campañas de publicidad asocian el consumo del producto con los hábitos saludables. Una serie de spots nos mostró el método Font Vella (beber dos litros de agua diarios, una costumbre recomendada por todos los médicos), que seguía una chica preocupada por su peso. El agua ligera, su primer eslogan, resumía las propiedades del producto (baja en sodio) y lo asociaba a las dietas (en todas se recomienda beber mucha agua).

Antes de capitanear la conquista del consumidor doméstico, la de Font Vella era un agua que bebían los turistas de un pequeño pueblo gerundense. Se atribuye a Jaumet del Flabiol, un conocido personaje de Sant Hilari Sacalm, la villa de las 100 fuentes, en el Parque Natural del Montseny, el haber empezado a distribuir agua del manantial Font Vella en 1898 a los veranenates de la zona. Por aquel entonces ya se decía que sus aguas tenían propiedades mineromedicinales. Mucha gente se acercaba a curarse y descansar en sus fuentes, un concepto de turismo muy extendido en la época.

La alta calidad del agua quedó certificada por una serie de análisis bacteriológicos conducidos en 1917, que en 1957 se verían complementados al ser declarada agua con propiedades medicinales.

En 1970 se emiten los primeros anuncios televisivos de Font Vella, a la que se califica como El agua ligera. Comenzaba así una exitosa carrera de comerciales que irían forjando poco a poco la mencionada imagen de la marca y que tuvieron uno de sus hitos en el lanzamiento en 1998 de Font Vella Go, una botella de 33 centilitros publicitada con dibujos de Jordi Labanda bajo el eslogan ¡Cuídate estés donde estés!

La potente y efectiva estrategia de comunicación de Font Vella ha venido acompañada de una pionera política de I+D encaminada a reducir el impacto ambiental de sus envases, uno de los puntos negros que se le suele achacar al sector. La compañía presentó en 2009 la primera botella elaborada con un 25% de plástico reciclado y diseñada para poder ser comprimida con facilidad, y en 2011 lanzó la primera garrafa con un 20% de plástico de origen vegetal.

Lanjarón, un agua consumida desde el siglo XVIII

La relación entre Font Vella y Aguas de Lanjarón arranca en 1993, cuando esta última es adquirida por el Grupo BSN (que al año siguiente sería absorbido a su vez por Danone).

Se tiene constancia de la explotación de los manantiales de Lanjarón, en Granada, desde 1764. Se origina a más de 3.000 metros de altura, en el Parque Nacional y Natural de Sierra Nevada, declarado en 1988 por la Unesco Reserva de la Biosfera.

Procedente de las nieves, los agüistas ya acudían desde Granada o Cádiz a tomar las aguas de las fuentes de Lanjarón en 1790, muy apreciadas por el valor medicinal y los efectos saludables que poseían gracias a su pureza. La fama que fue adquiriendo hizo que en 1830 se iniciase el envasado de las distintas aguas de Lanjarón para su uso fuera de temporada.

Aunque se siguió consumiendo durante los años posteriores, Lanjarón se convierte en un producto moderno a partir de 1950, año en el que se construye la planta de Barranco del Salado, en Zaragoza. Durante los años ochenta adquirió fama (y buena cuota de mercado) como agua de mesa. Hoy forma parte de Aguas Font Vella y Lanjarón.

Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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