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Columna
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Asia esconde un corazón débil

Las economías de Asia son cada vez más resistentes externamente, pero su crecimiento se está debilitando desde dentro. Durante el año pasado, los países de la región han reforzado sus defensas exteriores. La balanza comercial ha mejorado de 4 a 8 puntos porcentuales del PIB en India, Malasia y Tailandia. Cuando las exportaciones crecen con relación a las importaciones, hay más liquidez en los sistemas financieros locales. Los tipos de cambio de Indonesia, India, Malasia y Filipinas, tras descontar los efectos de la inflación, también son más competitivos que antes del verano de 2013, cuando parecía que la adopción de una política monetaria más estricta por parte de Estados Unidos podría provocar una fuga de capitales en Asia.

El crecimiento, sin embargo, se tambalea. A principios del año pasado, la previsión de los economistas respecto al crecimiento del PIB en Asia se situaba en un 7%. Ese porcentaje ha caído hasta cerca del 6%. En contraste, las expectativas de las grandes economías avanzadas continúan más o menos intactas.

Es preocupante que la desaceleración se produzca en medio de un gran exceso de deuda. Desde 2007, la relación entre el crédito y el PIB se ha duplicado en China y Hong Kong, se expandió en casi un 50% en Singapur y ha crecido más de un 30% en Tailandia y Corea. Unas tasas de interés internas más bajas pueden ayudar al crecimiento en algunos lugares, sobre todo, en Corea e India. Pero, como una estrategia para toda la región, se trata de algo demasiado arriesgado. Para los ahorradores, los depósitos bancarios pagan ya muy poco en comparación con la inflación. Solo en China las tasas reales de los depósitos han mejorado significativamente desde 2007; y ello se debe a que la inflación en el país está bastante controlada ahora.

Si las tasas de interés en Asia caen, el atractivo de los activos reales, como la propiedad, se hará más fuerte. Ello ampliará aún más el crédito y podría acumular problemas para el futuro. La mejor esperanza de la región es una recuperación de la inversión impulsada por las exportaciones. Sin una reactivación de la fortaleza interna, la estabilidad externa de Asia puede ser ilusoria.

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