Banco Espírito Santo renueva su cúpula para calmar al mercado
Un nuevo equipo directivo liderado por el economista portugués Vítor Bento lleva desde hoy las riendas del Banco Espírito Santo (BES), que adelantó el cambio ya anunciado en la cúpula de la entidad, después de verse sometido a una intensa presión en los mercados durante la semana pasada. Hoy mismo, los títulos de la entidad seguían profundizando las caídas, y perdían a media mañana un 8%.
En un comunicado enviado al regulador bursátil luso, el BES informó de que decidió “cooptar” a Vítor Bento, José Honório e Joao Moreira Rato para los cargos de presidente, vicepresidente y administrador financiero, respectivamente.
Su nombramiento, que fue acelerado según coinciden la mayoría de analistas en el país con el objetivo de intentar tranquilizar a los mercados, deberá ser ratificado el próximo 31 de julio por los accionistas en asamblea general.
La llegada de una nueva directiva supone la salida de los hasta ahora responsables del banco, entre ellos Ricardo Salgado, presidente de la entidad desde hace 22 años.
También abandonan la directiva con él otros dos miembros de la familia Espírito Santo: José Manuel Pinheiro y José Maria Ricciardi.
De esta forma, el clan de los Espírito Santo -una de las familias más ricas y poderosas de todo el país con varios multimillonarios en sus filas- se aleja de la gestión del BES, lo que en Portugal es interpretado como una exigencia del banco central luso para separar la entidad del grupo empresarial al que pertenece.
El Grupo Espírito Santo, principal accionista del BES, se encuentra en riesgo debido a las posibles insolvencias de varias empresas en su seno.
Estas dudas sobre el estado financiero del conglomerado empresarial -que abarca desde el turismo hasta la agroalimentación, pasando por latifundios en Brasil y Mozambique, además de la banca- han afectado al BES, y por ende a toda la Bolsa de Lisboa, que acumula fuertes pérdidas en el último mes.
De hecho, la incertidumbre en torno a los Espírito Santo sobrepasó las fronteras lusas y provocó caídas bursátiles a nivel europeo, e incluso la presión que ejercen los mercados sobre la deuda soberana de Portugal volvió a repuntar.