El BCE eleva a un billón la liquidez destinada a la concesión de crédito
La artillería pesada del BCE será aún mayor de lo anunciado tras la reunión del mes de junio. Los 400.000 millones de euros de liquidez que inicialmente se había previsto inyectar a la banca a cambio de que conceda crédito podrían llegar hasta el billón de euros, según adelantó hoy Mario Draghi, que mostró su confianza en que la medida sirva para alentar la financiación a la economía productiva y a combatir con ello el largo horizonte de baja inflación que se dibuja para la zona euro.
El BCE está por tanto dispuesto a ofrecer una cantidad similar a la prestada hace ya casi tres años, cuando activó la primera de las dos subastas de liquidez ilimitada a tres años y con la que, si bien no se reanimó el crédito, se aportó una liquidez que sirvió para alimentar la demanda de deuda periférica en un momento en que los inversores negaban la financiación a países como Italia o España.
Esta vez tan generosa cantidad de liquidez estará condicionada a la concesión de créditos –TLTRO, por sus siglas en ingles–, aunque con una penalización suave para los bancos que incumplan sus compromisos, que deberán devolver lo prestado no en cuatro años sino en dos –en septiembre de 2016 en lugar de en el mismo mes de 2018– un plazo asumible cuando ya no hay estrecheces de liquidez, según reconocen en el propio sector bancario. La primera de estas subastas se celebrará el 18 de septiembre de este año y la siguiente, el 11 de diciembre. Y las entidades podrán solicitan una cuantía equivalente al 7% de una cartera de préstamos al sector privado no financiero de la zona euro, excluyendo las hipotecas.
Draghi dio hoy algunos detalles nuevos de esta medida, avanzada en junio, y explicó que a los bancos solicitantes se les dividirá en dos grupos, los que a 30 de abril de 2014 hayan elevado el crédito en términos netos –y para los que la obligación será mantener esa tendencia positiva a cambio de la liquidez y sin ni siquiera necesidad de incrementarla– y los bancos en los que el saldo de crédito concedido en el último año tomando esa misma fecha sea negativo. En este segundo caso, se permite extrapolar hasta abril de 2015 el descenso registrado un año antes y para el año comprendido entre el 30 de abril de 2015 y la misma fecha de 2016, ese descenso debe haberse reducido hasta estabilizarse.
Draghi se mostró comprensivo con los bancos que aún reducen el crédito porque “el desapalancamiento es necesario” pero avanzó también que “esa tendencia negativa se va a romper porque tras un año la evolución será horizontal”, lo que permitirá “minimizar las distorsiones”.
Junto a las dos subastas iniciales, el BCE realizará otras cuatro entre marzo de 2015 y junio de 2016, con carácter trimestral y para peticiones adicionales de liquidez. A todas ellas los bancos podrán acudir de forma individual o en grupo, con lo que por primera vez se permite a entidades acudir de forma conjunta a las subastas de liquidez del BCE. Cada entidad, eso sí, podrá pertenecer a un único grupo, que deberá permanecer sin cambios.
El presidente del BCE avanzó también que la institución “ha comenzado a intensificar el trabajo de preparación de la compra de bonos de titulización de activos”, la fórmula con la que apostar definitivamente por el impulso al crédito puesto que libera a los bancos de riesgo. Pero el BCE desea evaluar primero el efecto que tendrán las medidas ya adoptadas en junio, como la rebaja de tipos al 0,15% o la tasa negativa de -0,10% a la facilidad de depósito, que se mantuvieron sin cambios en la reunión de ayer.
Y para sacudirse la presión del mercado, a partir de 2015 realizará reuniones sobre política monetaria cada seis semanas y no cada mes, como hasta ahora. Además, comenzará a publicar actas de las reuniones celebradas, en la línea de la Reserva Federal y en un avance en la política de transparencia de la institución.
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