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Columna
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La OPV de Alibaba, a examen

La llegada de Alibaba a la bolsa de Estados Unidos probablemente valorará la firma china de comercio electrónico en más de 100.000 millones de dólares. Pero, ¿serán realmente los accionistas dueños de la empresa? Esa es la preocupación puntual planteada por una comisión del Congreso estadounidense. La falta de claridad en la legislación china es el principal culpable.

La Comisión de Revisión Económica y de Seguridad entre Estados Unidos y China, que supervisa las relaciones bilaterales en nombre del Congreso, publicó el 18 de junio un artículo destacando los riesgos legales de las denominadas entidades de interés variable (EIV). Muchas empresas chinas utilizan estos contratos para dar a los inversores extranjeros el control sobre –y los beneficios económicos de– las empresas del gigante asiático que no pueden poseer directamente.

Los inversores se han tragado sus riesgos en muchos otros casos, como la reciente salida a bolsa del portal de microblogging Weibo. Alibaba asegura que en su caso las empresas mantenidas a través de entidades de interés variable representan solo alrededor del 17% de sus activos. El resto va a través de empresas de propiedad total o mayoritariamente extranjera.

Aun así, el trabajo de la comisión estadounidense califica a las EIV de “estratagema compleja”, y dice que son “potencialmente ilegales en China”. La comisión plantea otra cuestión jurídica. Cuando Alibaba cotice en una bolsa estadounidense, la compañía estará sujeta a la extensa Ley de Prácticas Corruptas Extranjeras. Por supuesto, China tiene sus propias leyes anticorrupción, y nada sugiere que Alibaba haya hecho nada malo. Sin embargo, el informe es un recordatorio de que hay riesgos. Los inversores no deberían olvidar que este es un caso de estudio sobre el abismo entre ambos sistemas jurídicos.

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