Y el Mercado Alternativo Bursátil lo hizo fácil
La Bolsa era terreno vetado para las empresas más pequeñas, pero con la llegada del Mercado Alternativo Bursátil (MAB) en el año 2009 la cosa cambió. Se trata de un mercado dedicado a compañías de capital reducido que buscan expandirse, con una regulación a medida, diseñada específicamente para ellas y unos costes y procesos adaptados a sus características.
El MAB es además un forma de financiación y expansión que se amolda a cada fase de la empresa y ofrece transparencia. Para entrar en él es necesario que las empresas que lo soliciten sean sociedades anónimas, españolas o extranjeras, que tengan su capital social totalmente desembolsado, con libre transmisibilidad de sus acciones y que estén comercializando productos o servicios.
La incorporación constará de varias fases: desde la decisión, donde se deben tomar los acuerdos necesarios en la empresa, hasta la inclusión definitiva, en la cual el MAB hará pública la entrada. Este proceso puede transcurrir en un plazo aproximado de entre tres y seis meses. Si desea más información puede consultarla en www.bolsasymercados.es/mab.
Una decena es el número de empresas que podrían debutar este año en el MAB, que cuenta en la actualidad con 22 cotizadas. El perfil de las compañías que cotizan en el MAB es también otra de sus señas de identidad, puesto que está enfocado a empresas en plena fase de crecimiento, que aún no han alcanzado un negocio sólido y que, por tanto, presentan una cuenta de resultados todavía débil en la mayoría de los casos. El plan estratégico a futuro se convierte así en el principal reclamo para atraer al inversor.
