El BCE no moverá ficha en la reunión de este jueves
El Banco Central Europeo celebrará este jueves su reunión mensual correspondiente a mayo en un entorno de menor presión que en el mes precedente. El riesgo de deflación todavía persiste pero al menos se ha cumplido la previsión avanzada por Mario Draghi en abril, cuando afirmó que el dato de inflación de la zona euro sería en ese mes mejor que el de marzo gracias al efecto alcista sobre los precios de la Semana Santa.
El dato, publicado la semana pasada, muestra un alza de precios de la zona euro de dos décimas en el mes, hasta el 0,7%. Un avance que, si bien queda aún muy lejos del objetivo de precios del 2% que dirige la política monetaria del BCE, al menos enfría de momento la expectativa de que la institución vaya a tomar medidas extraordinarias con carácter inminente.
La amenaza de deflación, justo en un momento de incipiente y frágil recuperación económica en la zona euro, es el último frente que se le ha abierto al BCE, que en su reunión de abril llegó a tomar una decisión sin precedentes, y además de forma unánime. La de, llegado el caso, adoptar medidas extraordinarias que, esta vez sí, contemplarían incluso la compra de activos, una fórmula que ya ha sido ampliamente utilizada por la Reserva Federal y el Banco de Japón para combatir la crisis pero a la que el BCE se ha resistido con fuerza.
El BCE abrió esa puerta pero apuntó también que seguiría muy de cerca la evolución de la economía y los precios, sobre los que aún no habría indicios evidentes que apuntasen a riesgo de deflación. La reunión de mayo ha llegado con nuevos indicadores y la previsión de los expertos es que el BCE no tomará nuevas medidas este jueves. Según la encuesta entre analistas que realiza Bloomberg, no se espera ni bajada de tipos, ni recorte a un interés negativo del interés que se aplica a la facilidad de depósito ni, menos aún, activación del programa de compra de activos.
El propio Draghi se encargó de enfriar esta última opción en un encuentro que mantuvo la semana pasada con miembros del Parlamento alemán a los que habría manifestado que un programa de compra de activos no sería inminente ni tampoco probable, con lo que aliviaría la inquietud que siempre ha despertado en Alemania una política monetaria que se aleje de la ortodoxia. Para Deustche Bank, en línea con la mayoría de las previsiones del mercado, el BCE no tomará nuevas decisiones hasta junio. Sería en otoño cuando, y solo si empeora la economía, podría activar la compra de activos.