Martín se despide de la AEB con una dura crítica al rescate de las cajas
La asamblea de la AEB nombró ayer por unanimidad a José María Roldán presidente en sustitución de Miguel Martín. El ejecutivo saliente aprovechó para mandar varios mensajes a Economía y a la sociedad. Insistió en que “hay que diferenciar la banca buena de la mala” y que quien compre entidades rescatadas será quien tendrá que “correr con las pérdidas futuras”.
Miguel Martín no pudo ocultar ayer su emoción al anunciar ante la prensa su salida de la Asociación Española de Banca (AEB), tras aprobar la asamblea de la patronal el nombramiento de Roldán con su sucesor. Con 70 años, el exsubgobernador del Banco de España decidió a finales de 2012 dejar la presidencia de la AEB cuando terminase su segundo mandato, fecha que cumplió ayer. Pese a todo, según fue presentando los resultados de la banca correspondientes a 2013, la situación actual del sector y contestando a las preguntas de la prensa, Martín volvió a recuperar su sonrisa y su sarcasmo.
Martín aprovechó la ocasión para insistir en un mensaje, que seguro repetirá también su sucesor en un futuro. “El daño reputacional proviene del sector rescatado (las cajas)”, recalcó, e insistió en la necesidad de distinguir entre la banca “buena y la mala”, o lo que es lo mismo, entre aquella que ha recibido ayudas públicas y la que no. Aseguró que las entidades “malas han dejado de serlo no por el dinero inyectado en ellas, sino por la buena gestión que se está realizando. No es cuestión de dinero, es cuestión de hacer bien banca”, dijo.
El ya ex máximo representante de la patronal bancaria también aprovechó para criticar, aunque sin mencionarlo, a Economía en su forma de recapitalizar y sanear a la banca –principalmente cajas– con ayudas públicas durante los primeros años de la crisis del sector. Considera que todo el esfuerzo del Estado durante esos años fue a parar a la banca con problemas, lo que perjudicó a la sana. A partir de 2012 fue Bruselas quien marcó el paso del saneamiento del sector, tras aportar fondos por más de 40.000 millones de euros a las cajas.
“Nadie vino a rescatar a la banca sana, que tenía y tiene como obligación hacer las cosas por sí misma”, subrayó, y recordó que el proceso de recapitalización y reestructuración lo han tenido que hacer solas y “con el viento en contra, que ha sido durísimo”.
Martín, así, defendió ayer, como lo ha hecho en los últimos cinco años de crisis, que quien compre entidades rescatadas será quien tendrá que “correr con las pérdidas futuras”.
Se da la circunstancia de que tres de los asociados de la AEB, como son BBVA, Sabadell y Banco Etcheverría (ahora en manos del venezolano Banesco), han protagonizado compras de entidades rescatadas que han sido previamente recapitalizadas con capital público y cuentan con un esquema de protección de activos (epa) con lo que quedan cubiertos ante posibles pérdidas futuras. Solo Popular, dentro de los bancos de la AEB, ha adquirido otra entidad, Banco Pastor, a pulmón, sin ayudas públicas, ya que ni Santander ni Bankinter han participado aún en operaciones corporativas durante la crisis. La Caixa, Kutxa, Unicaja, Ibercaja y Liberbank también han adquirido cajas con problemas y saneadas con dinero público, pero no son asociadas a la AEB.
Respecto a la reputación de la banca, uno de los principales retos que asumirá Roldán, Martín dijo que es “imposible” que el sector tenga buena imagen cuando “se han caído el 30 % de los colegas. Estoy exhausto de explicar que no todos somos iguales. Si todos hubiéramos sido iguales, no se dónde estaría este país”, recalcó. Martín también ha dicho que el éxito de la reforma del sistema financiero es lograr un sector bancario más sólido, rentable y competitivo. “No es rescatar a las entidades no viables, es conformar un sistema financiero nuevo (...). Hay que aprovechar la crisis, su coste, para crear nuevo sistema financiero más sólido, estable, competitivo”, sentenció.
También aprovechó para declarar que Roldán “no ha favorecido en ningún momento” a la banca en los 13 años que ocupó el cargo de director general del Banco de España. Y le recomendó que se diferencie “lo máximo posible” de él y que cambie el “ritmo y la forma de presidir la AEB”.
Los bancos pagan el 30% de la pérdida de la crisis
La AEB cifra el coste ya materializado de las ayudas a las entidades españolas, sobre todo cajas, en un total de 53.081 millones de euros. Miguel Martín, quien se despidió ayer de la prensa tras dejar su cargo en la patronal presentando los resultados de los bancos correspondientes a 2013, explicó que “la banca sana es la que está sosteniendo el sistema y a la economía española”. El capital aportado suma hasta el momento 53.081 millones.
De estos 53.081 millones, 36.964 millones corresponden al FROB, mientras que los restantes 16.117 millones se han efectuado a través del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), que se nutre de las cuotas de la banca. Esto supone que estas entidades han pagado el 30,4% del total. Martín recordó que la banca sana ha aportado a estas pérdidas 7.911 millones, a los que se suman 1.532 millones en aportaciones a Sareb y 963 millones de costes asumidos por los bancos para rescatar a los clientes de las cajas.
En 2013 los bancos socios de la AEB lograron salir de pérdidas al ganar 7.274 millones, frente a las pérdidas de 2.825 millones del año anterior como consecuencia de las fuertes provisiones. Los resultados positivos se han obtenido fuera de España, ya que en este país “los bancos no ganan dinero”. Martín explicó que volver a la rentabilidad es la asignatura pendiente de la banca.
1.304 millones que BFA obtuvo por la venta del 7,5% de su filial Bankia no han pasado aún al FROB, propietario del banco, según explicó ayer Miguel Martín.