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Extra Día Mundial de la Tierra

Lo que tienen en común un azulejo y los purines

Trece patronales industriales, contra el recorte que impone la reforma eléctrica a la cogeneración.

El medio ambiente a la mierda es el manifiesto de la Asociación de Empresas para el Desimpacto Ambiental de los Purines (ADAP) contra el recorte que impone la reforma eléctrica a la cogeneración, es decir, la producción de electricidad en plantas industriales, con la que múltiples sectores ganan eficiencia y ahorran en los costes de energía.

En el caso de los purines, se trata de plantas que convierten los desechos de la producción ganadera porcina en electricidad, una vía que arrancó a finales de los noventa para evitar la contaminación causada por estos residuos. En febrero de este año, estas centrales pararon por los recortes a la retribución que recibían. En su carta, enviada la semana pasada, acusan al Ejecutivo de comportarse de forma “demagógica”, al considerar que el sector se lucra “indebidamente” por haber percibido más de 3.000 millones de euros de primas desde su puesta en marcha en 1998, y de “ignorar total y deliberadamente” los costes en los que se ha incurrido anualmente para tener derecho a esa retribución”, que cifran en más de 600 millones de euros. “Lo que habría que analizar es si el precio del servicio, y por tanto su rentabilidad, son adecuados”, apuntan.

Los ganaderos porcinos se suman así a las quejas de 12 patronales industriales que a finales de marzo lanzaron un llamamiento para intentar que el Ministerio de Industria dé marcha atrás en los recortes a las retribuciones por generar electricidad en sus procesos de producción.

Los fabricantes de azulejos y pavimentos cerámicos (Ascer), los de papel (Aspapel), los de ladrillos (Hyspalit), la industria alimentaria (FIAB), los jóvenes agricultores (Asaja) y las cooperativas agroalimentarias. Sectores tan dispares se unieron en un manifiesto contra el recorte del ministerio de José Manuel Soria contemplado en la reforma eléctrica a la retribución que todos reciben por la cogeneración, el proceso por el que se obtiene simultáneamente energía eléctrica y térmica, aprovechando el calor sobrante y ganando así eficiencia energética.

Las cifras

40% de la cogeneración está parada por los recortes a la retribución que recibían las actividades industriales por la producción de electricidad.

20% es lo que se ahorra una planta industrial por la cogeneración. La regulación europea exige un mínimo del 10% de ahorro.

1998 fue el año en el que entraron en funcionamiento las plantas de producción eléctrica a partir de los purines de la actividad porcina.

30% es el valor energético que tiene la madera. La reforma eléctrica ha llevado a la compañía Ence a rebajar el precio que paga a sus proveedores.

25% de la demanda total de gas se destina a la cogeneración para la generación de electricidad aprovechando los procesos industriales.

“Las últimas propuestas normativas de la reforma eléctrica desmantelan la cogeneración con consecuencias catastróficas para la competitividad de sus industrias: menor eficiencia, alza de costes, desplome de las exportaciones, pérdida de empleo, mayores emisiones medioambientales y números rojos en las cuentas de resultados”. La retahíla de agravios viene de dos momentos clave: el nuevo borrador de recortes a las renovables de febrero de 2013 y la congelación de la retribución en julio de ese mismo año.

Según cálculos de la Asociación Española de Cogeneración (Acogen), el 40% de esta actividad asociada a la industria, que utiliza aproximadamente la mitad de la energía que consume en sus procesos para producir electricidad, está parada y el sector estima un impacto de unos 1.000 millones de euros sobre una facturación de 3.500 millones. “Ha dejado de ser rentable, estamos generando sin saber qué vamos a cobrar”, comenta Javier Rodríguez, director general de la asociación.

A mediados de abril, otros seis sectores industriales se sumaron a las quejas. Esta vez fueron los curtidores (Acexpiel), los fabricantes de fritas, esmaltes y colores cerámicos (Anffecc), los fabricantes de maquinaria y bienes de equipo para la industria cerámica (Asebec), los suministradores de productos para la construcción (Cepco) y las empresas de la madera (Confemadera Hábitat). Para todos, la medida del Gobierno es una amenaza directa “a la reindustrialización del país, un gravísimo error de consecuencias nefastas para la economía real nacional”, según han explicado en un comunicado conjunto.

Porque, como advierten en Acogen, a diferencia de otros sectores, para los que la producción de electricidad puede ser un negocio financiero, la cogeneración, “el calor y la electricidad producidos son parte de una industria para fabricar zapatos, química, alimentos o tableros para mesas”. Además, sin el ahorro de la cogeneración, que supone hasta el 20% de la energía consumida a partir de un mínimo del 10% que exige la regulación europea, “se pone en peligro la competitividad de la industria, cuando las exportaciones suponen ahora entre el 50% y el 60% de la actividad”, matizan.

La pérdida de hasta un 30% en los pagos a todas estas industrias ha supuesto además un nuevo golpe a la demanda de gas, del que se alimentaban en un 25% respecto al consumo nacional, en su mayoría destinado a la industria. El resto del combustible que sirve a fabricantes de azulejos, empresas alimentarias, depuradoras de agua, plantas de purines o infraestructuras como el aeropuerto ahora llamado Adolfo Suárez Madrid-Barajas es fuel, biomasa (restos forestales) y biogás.

“Si la ley eléctrica establece una rentabilidad razonable para la cogeneración, ¿por qué la normativa que la desarrolla la lleva a su quiebra?”, se preguntaban las seis patronales industriales que abrieron a finales de marzo la espita de la revuelta.

El problema para estas industrias es que el Gobierno aún no ha fijado cuál será esa rentabilidad razonable, a partir de la cual la cogeneración, como las renovables, serán retribuidas. “Hasta que salga la nueva regulación estamos cobrando a cuenta, llevamos así desde el mes de julio, sin saber si estamos ganando o perdiendo dinero”, concluyen en Acogen.

Ence baja 3,5 euros el precio de la madera

La productora de celulosa de eucalipto Ence ha anunciado a los propietarios forestales y empresas suministradoras del norte de la Península que les pagará hasta 3,5 euros menos por tonelada de madera, “como consecuencia del efecto combinado de la reforma eléctrica y la caída de los precios de celulosa en el mercado internacional”, según explica la compañía en un comunicado.

Para la empresa, la nueva regulación eléctrica no reconoce el valor energético de la madera, que antes de la norma suponía más del 30% de su valor, “tras establecer una fuerte reducción de la retribución a la cogeneración de energía con madera”, en concreto, a raíz de la bajada de las primas con carácter retroactivo impuesta por el Gobierno en julio de 2013.

A ese impacto se añade la subida del precio de madera de eucalipto, que ha sufrido un aumento del 5% en el norte peninsular desde junio de 2013, mientras “los precios de la pasta de celulosa en el mercado internacional han visto una caída superior al 7,5%, desde los 820 dólares por tonelada que alcanzó en marzo del año pasado hasta los 758 euros”, puntualiza Ence. Como consecuencia, “la compañía no es capaz de mantener el nivel de precios de compra de madera de eucalipto que venía ofertando”.

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