El futuro de Endesa está en sus manos
El relevo de Fulvio Conti plantea incógnitas sobre la integración de la filial española
Aunque es ingeniero nuclear de carrera, tiene el alma renovable. El nuevo consejero delegado de Enel, Francesco Starace, rige los destinos de la filial verde del grupo italiano, Enel Green Power (EGP), desde su creación en 2008, año en que también comenzó la larga y profunda recesión económica. Resultado de la integración de los activos de energías renovables que el grupo tenía en todo el mundo, incluidos los de Endesa, esta dispersión le ha permitido compensar el negocio de países con ajustes regulatorios, como España, con otros donde la actividad va viento en popa.
Starace, romano de 59 años, considera que las energías renovables han venido para quedarse; son ya en muchos casos competitivas y acabarán desbancando sin ninguna duda a viejas tecnologías. Será cuestión de tiempo. Además, en el caso español, pese a la dureza de los ajustes del Gobierno, el nuevo consejero delegado de Enel (será nombrado oficialmente, en la junta general del 25 de mayo), opina que es el precio que España ha pagado por haberse situado en la vanguardia de este tipo de energías, lo que a la larga resultará una ventaja.
Hay quien dice que ha sido su gestión al frente de EGP, compañía que ha mantenido el tipo en Bolsa a pesar del duro momento en que salió a cotizar, la que le ha proporcionado ahora el puesto de máximo ejecutivo de Enel. Pero tampoco falta quien opina que ha sido las buenas relaciones, aunque indirectas, con el nuevo primer ministro italiano, Matteo Renzi, las que le han llevado a ser el elegido a sustituir a Fulvio Conti, tras nueve años al frente del grupo energético controlado por el Estado italiano.
Una cosa resulta evidente: Renzi no ha aplicado en el caso de Starace el relevo generacional que había venido prometiendo para los relevos múltiples que acaba de aprobar en media docena de empresas públicas, entre ellas, la petrolera Eni. También, a pesar de que no formaba parte de la guardia pretoriana de Conti, su nombramiento bien se puede considerar de continuidad pues, de un modo u otro, Starace forma parte de la familia que Conti ha conformado en el grupo en sus tres mandatos de tres.
Starace no representa el relevo generacional prometido por Renzi y aunque no forma parte de la guardia pretoriana de Conti, es de la familia
Sea como fuere, al nuevo consejero delegado se le considera “un verso suelto” dentro de Enel, y son conocidas las tensiones internas generadas con sus intentos de gestionar EGPcomo una empresa autónoma dentro del grupo.
Eso sí, su procedencia del mundo empresarial privado y del ámbito internacional le ha otorgado puntos respecto a los que la prensa italiana califica de vieja guardia empresarial, a la que ahora se dice adiós. Tras una breve incursión en el campo nuclear en Italia, Francesco Starace ocupó distintos cargos en General Electric, ABB y Alstom y residió durante años en Estados Unidos, Arabia, Egipto, Bulgaria y Suiza. Se incorporó a Enel en el año 2000 donde trabajó como jefe de área en la división de generación del grupo y más tarde como director de la división de Mercado.
El que haya optado por alguien de la casa, demuestra que Renzi ha escuchado a los fondos de inversión que forman parte del capital del grupo energético, que no dejan de presionar para que Enel acelere la reducción de su deuda que asciende aún 43.000 millones de euros. Una deuda que tiene su origen en el alto precio pagado por la compra de Endesa, que le ha granjeado el castigo de las agencias de rating y le ha llevado en parte a reducir de forma drástica las inversiones, especialmente, en España.
Los inversores consideran que el recorte aplicado en la etapa de Conti no ha sido lo suficientemente contundente y piden ajustes. De hecho, se asegura que la misión última que se ha encomendado a Starace es aplicar la tijera al endeudamiento. Como no es posible lograr este objetivo con la generación de caja, máxime cuando el grueso de la actividad del grupo sigue sufriendo la crisis de la demanda que sufre Europa, todo apunta a que Enel venderá los activos en los Países del Este que, con tanto entusiasmo, se adquirieron en la etapa de Conti.
Queda por ver si el recorte de la deuda por estas ventas será suficiente para contentar a los ávidos inversores financieros.
Otra incógnita es qué pasará con la integración de Endesa iniciada, pero que muchos consideran tímida. La prudencia y diplomacia de Fulvio Conti, y quizá su intención de evitar una revolución interna o el enfado del Gobierno español en su última etapa, podría estar detrás de esta estrategia de cámara lenta. La integración de Endesa en Enel, con la desaparición de la marca (como ha ocurrido con las otras dos multinacionales propietarias de eléctricas españolas, EDP y Eon) y la exclusión de la Bolsa, con una OPV del 7% que aún cotiza, son las asignaturas pendientes en España. Starace, que ha dejado libre su puesto de consejero delegado de EGP, conoce bien el complejo sistema regulatorio español y podría esperar un poco hasta comprobar los efectos reales de la reforma eléctrica del Gobierno, antes de tomar sus decisiones.