Desaire de Vivendi al gobierno francés
Vivendi ha ignorado al gobierno francés y venderá la división móvil de la compañía al comprador elegido por el grupo –Altice–, el operador de cable controlado por el multimillonario francés Patrick Drahi. El consejo rechazó una oferta del grupo rival Bouygues, que ya posee el tercer operador más grande de Francia.
A pesar de que Vivendi había acordado tres semanas de negociaciones exclusivas con Altice, Bouygues subió la apuesta hasta el último minuto al hacer públicas las repetidas ofertas que seguían elevando la porción de efectivo que estaba dispuesto a pagar. Eso no fue suficiente para superar la reticencia de Vivendi hacia una oferta que veía llena de riesgos de ejecución y que no le dejaba una participación suficiente en el potencial restante de SFR.
Altice planea fusionar SFR con su negocio de cable francés Numericable, dejando así a Francia con cuatro compañías de telefonía móvil. La autoridad de competencia, ya sea francesa o europea, habría fruncido el ceño ante un acuerdo con Bouygues, que tenía por objeto la fusión del segundo y tercer operadores de Francia.
La decisión de la compañía es una derrota personal para el nuevo ministro de Economía del país galo
La decisión de Vivendi es una derrota personal para el nuevo ministro de Economía de Francia, defensor de la antiglobalización Arnaud Montebourg. Como ministro de Industria hasta la semana pasada, Montebourg había hecho campaña a favor de Bouygues. Hay poco que el gobierno pueda hacer ahora para evitar a la fusión SFR Numericable, pero debería esperar para ver que las promesas de Drahi en términos de empleo e inversión se cumplen a rajatabla.
Irónicamente, un acuerdo que se explica por el temor a la concentración del mercado podría terminar con una concentración de todos modos. El fracaso deja a Bouygues en una posición débil. Mientras tanto, a corto plazo, tanto los consumidores franceses, como los accionistas de Vivendi emergen como los ganadores de la inusual subasta de SFR.