El BCE unánime abre la puerta a comprar deuda y dispara el Ibex
Eludiendo las fuertes presiones de instituciones, gobiernos y expertos, el Banco Central Europeo no ha movido ficha contra la creciente amenaza de deflación, el riesgo de que Europa caiga en una espiral de caída de precios que arrolle de nuevo a su economía.
La inacción de facto del máximo organismo monetario comunitario ha sido fuertemente contrarrestada, de nuevo, por las palabras de su presidente, Mario Draghi. En la comparecencia posterior a la reunión del consejo, este ha advertido que hay “consenso” en el BCE para activar cualquier tipo de medida necesaria, incluyendo un programa de compra de deuda.
No ha hecho falta más. Pese a que no eran pocos los expertos que vaticinaban caídas generalizadas en el caso de que el BCE no reaccionara a la caída de la inflación europea, que en marzo se redujo más allá de lo esperado, al 0,5% frente al 0,8% de febrero, el Ibex se ha disparado a máximos de hace más de tres años.
En concreto, el principal selectivo bursátil español ha ganado un 1,42% en la sesión hasta los 10.584,1 puntos lo que le permite superar sus máximos anuales, los 10.525 puntos en que cerró el pasado 15 de enero, y coloca la Bolsa madrileña en su mayor cota desde el invierno de 2011.
Un empujón en el que ha colaborado activamente la banca, y que se ha replicado en mayor o menor medida en el resto de grandes plazas europeas, que cierran también en positivo con excepción de Londres, que se rige por su propio Banco Central.
Y eso, pese a que Wall Street mantiene a media tarde moderados números rojos tras una apertura ligeramente al alza. La sesión americana viene marcada por los datos macroeconómicos, fundamentalmente el de las peticiones semanales de desempleo que aumentaron más de lo esperado hasta las 326.000 solicitudes.
La principal razón para el optimismo en Europa que de las palabras de Draghi se desprende el consentimiento del reacio Bundesbank alemán para activar, si fuera necesario, cualquier tipo de medida no convencional, lo que incluye un programa de compra de activos como el que puso en marcha en su día la Reserva Federal estadounidense.
De momento, sin embargo, el BCE mantiene su previsión de que la inflación tornará progresivamente a una senda alcista, para situarse en el entorno del 1,7% en el año 2016. Draghi ha destacado que la caída de marzo probablemente sea contrarrestada en abril por el efecto Semana Santa, donde el consumo o los viajes potenciarán los precios.
“Mi mayor preocupación es la realidad: un estancamiento en el que los altos niveles de desempleo se vuelvan estructurales y sean más difíciles de remontar", ha aseverado, admitiendo, en todo caso, que el BCE sigue con mucha atención la evolución de la inflación.
El mandato de la institución pasa por mantener el nivel de la inflación por debajo del 2%, pero a niveles cercanos, con lo que la desviación actual a la baja resulta obvia. La presidenta del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, pedía esta misma semana una actuación decidida contra el creciente riesgo de deflación.
Draghi ha mantenido los tipos en el mínimo histórico del 0,25% pese a la posibilidad de seguir reduciéndolos hacia el 0% lo que, no obstante, los expertos creen que tendría un efecto más cosmético que práctico.
Tampoco ha elevado el tipo de interés bajo el que presta dinero diariamente a la banca, ni ha pasado del 0% a un interés negativo el depósito en el que permite al sector financiero guardar dinero, lo que hubiera incentivado que la banca potenciara la concesión de crédito.
El presidente del BCE, sin embargo, ha dejado claro que la institución está preparada para tomar todas estas medidas así como un incremento de balance, mediante la compra de activos, si fuera necesario.
Un plan, este último, que no obstante, requeriría tiempo. “No es fácil diseñar un programa de compra de activos privados grandes y que no suponga un riesgo para la estabilidad financiera", ha destacado Draghi.
De momento, su palabra ha bastado para relanzar las Bolsas, especialmente las periféricas, y ha congelado la progresiva escalada del euro en los 1,38 dólares.
Subasta de deuda
De vuelta a España, hoy el Tesoro Público ha captado 5.580 millones de euros en una nueva subasta de bonos y obligaciones, en un momento de calma en los mercados. En la primera emisión del mes de abril, el Tesoro ha colocado 2.726,19 millones con un interés marginal del 1,899%, el más bajo de la serie histórica, y otros 1.630,19 a diez años con una rentabilidad del 3,308%, la más baja desde septiembre de 2005. Los 1.226,35 millones restantes han salido a doceaños con un interés marginal del 3,561%, también el menor para este plazo de la serie histórica.
La coyuntura ha permitido a la prima de riesgo situarse en los 162 puntos básicos, ligeramente por debajo de los 165 puntos marcados ayer, y en nivel mínimos desde 2010.