La cultura sueca convive con el sol español en Volvo
Stéphane de Creisquer preside Volvo en España desde 2003 Se declara enamorado de la vida española
El despacho del presidente de Volvo en España, Stéphane de Creisquer (París, 1963), llama la atención por la enorme cristalera en forma curva. Luz no falta. Sorprende que no se proteja del exceso de la irradiación externa. “Cuando llegué a este despacho levanté las persianas. Mi antecesor trabajaba con ellas. ¡No me molesta el sol! ¡Mi familia es de Bretaña!”, cuenta riendo. Y es que Creisquer es un francés con algo de espíritu laboral sueco y enamorado de la vida española.
Preside el grupo Volvo en España desde 2003, con funciones ejecutivas en el negocio de camiones (la unidad de automóviles ya no pertenece a la empresa sueca). Llegó a Madrid en 1998. Él ya trabajaba para Volvo en Inglaterra. Quería irse a a vivir a Canadá y su entonces esposa no quería alejarse de París. “El día de antes, por casualidad, vi la película Fargo. Mucha nieve. Me imaginé cómo sería la vida en Canadá. Le juro que al cambiar de canal vi un reportaje sobre la Plaza Mayor de Madrid. La gente iba en camiseta, así que la decisión estaba clara”, rememora. Con formación en MBA en Dauphine, se trasladó a la filial española como director financiero.
Lleva 16 años en España y no tiene ganas de irse. Casado ahora con una española, le gusta Madrid. “Me dicen que cambie a otro destino. Pero yo creo que sigo haciendo falta aquí”, asegura. De hecho, la crisis le ha planteado unos cuantos retos. El mercado de camiones ha caído un 60% desde 2007. “Todo ha cambiado. Antes había muchos autónomos, pero no han resistido la crisis y han ganado presencia las flotas”.
En esta coyuntura negativa, Volvo ha ganado cuota de mercado, del 13% al 16%, posicionándose como segundo fabricante tras Iveco. “Hemos logrado la mayor cuota de mercado en los 51 años de historia de la firma en España”, apunta. La explicación, según él, es que los camioneros buscan el vehículo más eficiente en coste por kilómetro. “Nuestro producto es fiable, innovador en la tecnología y, por supuesto, seguro”, sostiene.
“Hemos logrado la mayor cuota de mercado en nuestra historia en España”
Por eso, la seguridad es uno de los principios de la marca sueca. “Fuimos los que inventamos el cinturón de seguridad”, recuerda. A ese atributo suma “calidad y respeto al medio ambiente”. De hecho, cree que el cuidado del entorno está muy ligado a la cultura del país nórdico. “Nuestros camiones contaminan 100 veces menos que hace 20 años. Para nosotros la tecnología es fundamental”.
Pero del norte llegan otros vientos que calan en la cultura empresarial en la sede de Madrid, en la tranquila urbanización de la Zarzuela. “Los suecos tienen una cultura de escuchar y de consensuar. Además, siempre han sido viajeros, de espíritu muy internacional y eso me chifla”. A ello suma cierta exigencia “de hacer las cosas bien a la primera”. De sus empleados españoles destaca el buen ambiente de trabajo, la fácil comunicación y la transparencia. De ellos busca un alto rendimiento, un trabajo profesional y que se pongan retos. “Me gusta la proactividad”. De Creisquer persigue también el contacto con el cliente, con los concesionarios, a los que visita en cuanto puede. “Quiero que mi equipo conozca bien la empresa y luego sea especialista en algo. Somos gente multitarea”.
Lo que cambió cuando llegó a su cargo directivo es la hora de salida. “Soy muy fanático del equilibrio entre vida personal y laboral. No entendía que la gente se quedara en la oficina sin hacer nada hasta las 9 de la noche como costumbre. Yo estoy mejor en mi casa, así que intento irme a las 18.30 horas. Al principio me miraban rarito”, dice con cierta sorna y acento francés, pero en perfecto castellano. Entre sus aficiones fuera del trabajo está correr (como tantos otros directivos), el tenis, viajar y el cine.
Como objetivo profesional se marca seguir creciendo en España y mantener el empleo “como prioridad absoluta”.
Ocean Race en octubre
Además de correr las cortinas para que entre luz, Stéphane de Creisquer decidió darle vida al amplísimo despacho con fotos, premios y otros objetos personales. “Y puse una planta natural, que las anteriores eran de plástico”.
Su lugar de trabajo cuenta con dos mesas: su escritorio semicircular y otra para reuniones, junto a la que hay una gran pizarra y pantalla de proyecciones. El despacho no está decorado de forma especialmente moderna... su fuerte es la amplitud y la luz. Como vistas tiene las estresantes de la carretera de La Coruña, pero De Creisquer dice que le encantan porque así ve pasar sus camiones. Sobre un mueble tiene precisamente alguna maqueta de sus camiones, como el del nuevo Volvo FH. Además, guarda galardones de los clientes y por conseguir logros en el mercado. Numerosas imágenes descansan en repisas y paredes, la mayoría de ellas con sus equipos y concesionarios en encuentros y viajes por todo el mundo.
En su escritorio reposa una miniatura de un velero participante en la Volvo Ocean Race, la vuelta al mundo a vela patrocinada por el fabricante, que comienza el próximo 4 de octubre en Alicante.