¿Tiene sexo el talento?
A juzgar por las diferencias en porcentajes, por las brechas salariales, por el índice de paro femenino y masculino y por muchas otras cosas parece ser que sí lo tiene… De hecho, una prueba más de que existe el sexo del talento es el Día Internacional de la Mujer. La sociedad se prepara cada año para celebrarlo. Por un lado, para lanzar un SOS sobre los temas en los que se debe mejorar y, por otro, para difundir todo lo que ya se ha conseguido.
Como mujeres tenemos que procurar que el sexo del talento se diluya cada vez más. Hasta que el talento sea un “ser” totalmente asexuado. Ese será el momento en el que el Día Internacional de la Mujer podrá evolucionar al Día del Talento o cualquier otro concepto.
Nosotras tenemos mucho que hacer. Hay que superar lastres pasados y mirar al futuro, sabiendo todo lo que hemos conseguido, que ha sido mucho. Tomemos consciencia de lo que tenemos por delante, y la responsabilidad ante las generaciones futuras. Y solo así construiremos lo que realmente queramos ser mañana.
Hemos de insistir en lo que llamamos nuestro “capital profesional”. En mi empresa hemos realizado un estudio entre hombres y mujeres que concluye que más del 89% de las mujeres profesionales y un porcentaje similar de hombres en todo el mundo consideran que su “capital profesional” –los conocimientos diferenciados que definen y hacen avanzar su carrera laboral– es fundamental para tener éxito en el trabajo. Además el estudio demuestra un optimismo en cuanto al futuro profesional de la mujer: la mayoría cree firmemente en el incremento del número de mujeres en Consejos de Administración, en las posiciones de CEOs, confirmando también que sus empresas están desarrollando programas específicos para desarrollar el liderazgo de las mujeres de su organización.
Este optimismo, sin duda, es positivo. Pero siempre que estemos preparadas para ello. El “capital profesional” es básico para que avancemos y debemos perseguir la especialización y diferenciación que el mercado demanda. Y eso es responsabilidad de cada mujer y de las organizaciones que deben facilitar, con los programas adecuados, que ese desarrollo del talento se convierta en realidad.
El estudio analiza otros aspectos del ámbito laboral, entre los que cabe destacar que la mayoría considera que las tres cosas más importantes que aporta en su empleo son la eficacia en el desempeño de sus obligaciones, una buena ética de trabajo y la capacidad de aprender. De cara al futuro, los encuestados consideran que las aptitudes más útiles serán la capacidad de realizar varias tareas al mismo tiempo, el dominio de más de un idioma, la capacidad de trabajo en equipo y el conocimiento de aplicaciones informáticas. Hombres y mujeres coinciden, con ligeras diferencias, en las conclusiones de estos aspectos…. lo que también es muestra de que el “fin del sexo del talento” está cerca.
Es importante que cada una de nosotros definamos cuál es nuestro camino y qué aptitudes necesitamos para conseguirlo. Eso es el desarrollo del talento. De nuestro talento. Un talento asexuado.
María José Sobrinos es directora de RRHH y Diversidad de Accenture.