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Columna
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SFR, objetivo del rey del cable

El rey del cable en Francia prometió a los inversores llevar a cabo una serie de acuerdos cuando saliera a bolsa Altice, su vehículo de inversión. El mayor y mejor sería SFR, operador móvil de Vivendi.

Armado con deuda barata y una mentalidad ahorrativa, Patrick Drahi ha engullido activos en Europa Occidental, Israel y el Caribe. Pero la competencia se está intensificando. La salida a bolsa de Altice le proporciona dinero fresco para llevar a cabo acuerdos.

El movimiento obvio y del que más rumores hay es intentar adquirir SFR, el segundo grupo móvil de Francia. La fusión de SFR con Numericable, la empresa francesa de cable que Drahi también sacó a bolsa recientemente y que bajo el control de Altice generaría un rival formidable para Orange, el campeón nacional. Los analistas estiman que las sinergias podrían superar los 3.000 millones de euros.

El problema es que Vivendi quiere entregar SFR a sus propios accionistas. Esto parece más aceptable que una ola de liquidaciones apalancadas con grandes recortes de empleos. Por otra parte, el móvil francés es un mercado brutal. Puede que una SFR independiente valga apenas cuatro veces su Ebitda, o 10.000 millones de euros. Se supone que un spin-off desbloquearía el valor oculto. Si se amenaza con hacer lo contrario, Vivendi podría estar de acuerdo con vender su unidad –especialmente si comparte Drahi sinergias a través de una prima decente–. Numericable se ve limitada por la deuda. Pero Drahi ahora podría elevar su patrimonio a través Altice y respaldar un aumento de capital de Numericable. Una cláusula inusual en su OPV permite que el 50% de las acciones se emitan después de tan solo 45 días si Altice consigue un gran trato.

Drahi tiene otras opciones. Altice baraja varias posibilidades en otros mercados. Estos podrían incluir Cable & Wireless, Columbus o Digicel para tener influencia en el Caribe. En Portugal, Zon Optimus encajaría muy bien y también lo harían las empresas de cable privadas Euskaltel, Operador R o Telecable en la vecina España.

La lista es larga. Drahi ha vendido a los accionistas su capacidad de detectar gangas, reducir costes, y unir cable y telecomunicaciones. Por ello tiene que mantener la máquina de fusiones y adquisiciones en funcionamiento.

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