El sucesor humilde
Tengo 46 años, estoy casado desde hace 22 y tengo 3 hijos. Como cualquiera, mucho de lo que hago y mi manera de ver las cosas son el resultado de la educación que me dio mi familia y de todas las experiencias de mi vida”. De esta forma, y por correo electrónico, Satya Nadella se presentó a sus empleados cuando fue nombrado nuevo consejero delegado de Microsoft, el pasado martes. El hombre llamado a cerrar la larga etapa de Bill Gates –en el mismo movimiento de sillones, el hombre que en 1975 fundó este gigante informático pasa de ser presidente a ocupar el puesto de asesor tecnológico– nació en la India, en Hyderabad. “Sigo teniendo muchos vínculos con mi ciudad”, declaró Nadella, que ahora reside en EE UU, en una entrevista al diario indio Deccan Chronicle. “Los padres de mi mujer y los míos viven allí y cada año vamos a verles”.
De su juventud –finales de los años setenta y principios de los ochenta– recuerda la despreocupación que dominaba sus jornadas, lo que le dio la oportunidad de pensar en algo diferente, más allá de los problemas que acarrea el día a día. “Creo que jugar al críquet para el colegio de Hyderabad me enseñó mucho sobre el trabajo en equipo y el liderazgo”, relata Nadella. “Un día, durante un partido, el capitán de la escuela se dio cuenta de que yo estaba jugando de manera realmente regular. Entonces se hizo cargo personalmente de la siguiente jugada, dio a nuestro equipo la gran ventaja que tanto necesitaba y luego me devolvió la pelota. Nunca lo olvidaré. ¿Por qué lo hizo? ¿Es esto lo que llaman liderazgo? Esta es la clase de preguntas que me hago desde aquel entonces, cada vez que gestiono un equipo”.
Este ingeniero electrónico, que se licenció en la Universidad de Mangalore (India) y obtuvo el máster de Ciencias de la Computación de la Universidad de Wisconsin y el MBA de la Universidad de Chicago, es un gran diplomático, según Bloomberg. El nuevo consejero delegado de Microsoft ha demostrado ser capaz de reconciliar las facciones en guerra para que trabajen juntas de manera constructiva; una característica que le ayudará, dicen los expertos, a la hora de trabajar bajo la reorganización que su antecesor, Steve Ballmer, puso en marcha el verano pasado, llamada One Microsoft.
Nadella lo tiene claro. En su mensaje a la plantilla, cuyo texto integral publicó la web estadounidense Business Insiders, explica que si al principio Microsoft tuvo el objetivo de “un ordenador personal en cada escritorio” y lo ha prácticamente logrado, por lo menos en el mundo occidental, ahora el reto para este hombre, que entró en la compañía de Gates en 1992, es “priorizar aquellas innovaciones que den a los usuarios y a las entidades el poder de hacer más”. “El mejor trabajo”, dice, “es el que sirve para mejorar la vida de la gente”. O, lo que viene a ser lo mismo, se trata de reconquistar a todos aquellos clientes que han preferido pasarse a las tecnologías móviles.
"Compro más libros de los que puedo terminar. si no aprendes algo nuevo, no estás haciendo nada importante y útil"
Pese a declarar que vivió el día de su nombramiento con mucha humildad (“a very humbling day for me”, escribió), se muestra grandilocuente a la hora de describir la empresa que ya encabeza y su papel en ella: “Microsoft es la mejor compañía del mundo. Estoy aquí para cambiar el mundo a través de la tecnología. Lo hemos hecho, lo estamos haciendo y somos el equipo que volverá a hacerlo”, asegura. En su activo, Nadella cuenta con los logros conseguidos en su larga trayectoria dentro de la compañía: no solo hizo crecer a Bing, el buscador de la informática de Redmond, sino que impulsó la nube, la herramienta informática que permite al usuario trabajar en línea con los productos de Microsoft, como los programas Office y la consola Xbox. Ahora esta cloud, llamada Azure, está considerada como una alternativa valiosa con respecto a las de Amazon y de IBM y pasó de generar beneficios de unos 12.300 millones de euros en 2011, cuando Nadella fue nombrado responsable del departamento server and tools, a alcanzar los 15.000 millones de euros del último ejercicio fiscal, cerrado en junio del año pasado.
Un exempleado de Microsoft que trabajó con Nadella, Rakesh Malhotra, disipó desde las columnas de Business Insiders la duda más común sobre el alto dirigente indio, es decir, si un hombre con una permanencia tan larga dentro de la compañía será capaz de infundirle una energía realmente innovadora. “La gente opina que su nombramiento fue una elección segura, sin sobresaltos, pero él cambió la manera de trabajar en el departamento de server and tools, cargándose a tres niveles de directivos intermedios”. Si Microsoft precisara cambios importantes, deja entender este representante de la start-up Apprenda, no dudará en acometerlos.
Lo que sí es cierto es que el ejecutivo de Microsoft llega al puesto más importante rodeado de un aura de prestigio que muchos, incluso la competencia, le reconocen: “Es un líder experimentado en tecnología a nivel mundial, infunde confianza”, afirma el consejero delegado de Cisco, John Chambers; “Lo tiene todo para ganar”, dice por su parte el ex consejero delegado de General Electric, Jack Welch; “Sabe construir plataformas, ha creado la nube y tiene una clara visión del futuro. Será una década muy interesante”, según el consejero delegado de Box, Aaron Levie.
“Muchos de los que me conocen”, dice de sí mismo Nadella, “me definen por mi curiosidad y mi sed de conocimiento. Compro más libros de los que termino y me suscribo a más cursos por internet de los que puedo completar. Creo que si no estás aprendiendo algo nuevo, ya no estás haciendo cosas importantes y útiles”. Con esta férrea convicción, Nadella empieza a dirigir a 130.000 empleados que trabajan por una de las multinacionales de tecnologías más importantes del mundo.