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Sube el gasto pese al desplome del consumo

Los alimentos ‘bio’ ganan peso en la cesta de compra

El gasto de los españoles en alimentación ecológica crece pese a la crisis. El sector se consolida como una alternativa de compra por su calidad y seguridad

La crisis ha hecho muy difícil mantener a flote casi cualquier sector. Pero mantenerse y crecer es casi impensable. Ese ha sido el logro del mercado de productos ecológicos, del que curiosamente ha tirado la alimentación. El gasto anual de los consumidores en alimentos y bebidas ecológicos aumentó un 8,29% entre 2009 y 2012, hasta los 20,09 euros por persona, según se desprende del análisis del sector realizado por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente publicado a finales de 2013.

El informe apunta al músculo que ha sacado esta industria “en un contexto económico muy complejo y desfavorable, en el que incluso se han registrado ligeras reducciones del consumo de alimentos y bebidas convencionales”. Sin embargo, “el mercado interior de productos ecológicos se ha mantenido e incluso ha logrado pequeños crecimientos”, señala el documento.

España es conocida en este sector por ser algo así como el huerto bio de los países del norte de Europa. Prácticamente todo lo que se produce en cultivos ecológicos aquí sale fuera, hasta la mesa de ingleses, franceses y alemanes, donde el consumo de productos verdes hace años que está consolidado.

Andalucía marca el ritmo

Andalucía tiene la industria ecológica más potente de España. En 2012, esta región, que tiene la mayor superficie agrícola y un marcado interés por este sector, tenía abiertos 1.250 establecimientos, un 29,7% más que en 2011. Le siguen Cataluña, con 469 comercios; Valencia, con 464; Castilla-La Mancha, con 296; Murcia, donde funcionan 284, y Aragón, con 156 establecimientos. 

Cataluña, que encabeza el boom del mercado bio, es la región donde más ha crecido el número de establecimientos, con un incremento del 28,72% en 2012, seguida de Castilla-La Mancha (27,59%) y Murcia (19,33%), según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

La novedad del momento es que la demanda interna ha seguido creciendo en los años de crisis, cuando las familias miran con lupa su cesta de la compra, para ahorrar. El valor del mercado interno creció un 3,4% entre 2011 y 2012, hasta ponerse en 998 millones de euros. En ese mismo periodo, la importación de productos frescos se contrajo un 30%, y las exportaciones de frutas, hortalizas, legumbres y frutos secos crecieron un 4,4%.

Aunque aún no hay datos sobre el comportamiento del sector en 2013, el Ministerio de Agricultura apunta a que durante el año pasado “habría proseguido ese ligero incremento del consumo de productos ecológicos, incluso con algo más de ritmo que en 2012, a pesar del atípico parón de ventas en los meses de vacaciones de verano”. 

El continuo crecimiento de la superficie de cultivo ecológica mundial, que alcanza 38 millones de hectáreas, y el interés por este tipo de productos de nuevos mercados, como Brasil o China, explican en parte la buena marcha del sector. Pero en España la clave está en el cambio de hábitos de los consumidores, con una “creciente preocupación por una alimentación más segura y respetuosa con el entorno rural”, apunta el informe del ministerio.

Uno de los mejores observadores de esa evolución es la feria Biocultura, que arrancó hace 30 años el primer encuentro entre productores y consumidores en Madrid. Desde entonces, celebra ediciones anuales en Barcelona, Valencia y el año pasado se amplió a Bilbao. Aquí no dudan de que la alimentación es el principal reclamo del sector ecológico, “sobre todo por una mayor preocupación por la salud. Muchos visitantes nos dicen que empiezan a consumir ecológico por alergias, intolerancias y el sabor. Cuando prueban un tomate que sabe a tomate, ya no quieren volver a lo anterior”, comenta Cristina Diago, portavoz de la feria.

La crisis también ha influido en el cambio de los hábitos de consumo alimentario a favor de la compra de productos frescos y en comercios de proximidad, lo que favorece la elección de frutas y hortalizas de cultivo bio. “Las familias ya no llenan el carro para todo un mes, prima la compra de productos frescos, diaria, antes que la cantidad”, añade.

El 40% del gasto de las familias españolas en productos bio fue destinado a productos frescos, frente al 17% para la misma partida en la alimentación convencional, según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

El crecimiento de comercios que ofrecen productos bio ha contribuido a elevar el peso de lademanda interna. Barcelona, por ejemplo, despunta como una de las ciudades españolas con mayor red de establecimientos especializados. “Los clientes que más compran son mujeres, de entre 25 y 55 años. Ellas son las que al final deciden en casa, si se lo pones fácil, muchas ya prefieren consumir bio”, prosiguen en Biocultura.

Los españoles gastan 20,9 euros en productos ecológicos, aún lejos de los 60 de los franceses.

En los últimos tres años, la edición catalana de la feria ha recibido un 29% más de visitantes, y en Madrid las visitas han crecido un 33% en el mismo periodo. En el sector asumen que el siguiente reto, para seguir haciendo crecer la demanda interna, es acercar más los productores a los consumidores. Y aquí entra internet, el camino más corto para incrementar las ventas y reducir costes de la cadena de intermediarios.

Por el momento, el 75% de las páginas web de estos productos se concentra en Madrid, Cataluña, Andalucía y Valencia, y de ellas, el 80% son tiendas online y el resto, plataformas de distribución. El 90% de las ventas son de productos perecederos.

Pero aunque haya mayor interés por los productos bio, el consumo en España sigue muy por detrás de otros países europeos. Mientras aquí un consumidor destina 20,9 euros a productos ecológicos, los suizos se gastan 177 euros; los austriacos, 127; los alemanes, 81 euros, y los franceses, 60 euros.

Sorprende que Estados Unidos, donde los hábitos alimenticios se alejan de la manida aunque recomendada dieta mediterránea, aglutine el 44% del mercado mundial de productos ecológicos, por delante de las principales plazas europeas.

En el sector apuntan que el principal escollo para hacer crecer las ventas aquí es la percepción de que se trata de productos más caros que los convencionales. “Depende de lo que pongamos en esa comparación. Un producto ecológico no puede compararse con otro de marca blanca, sería como comparar un coche de lujo con un utilitario”, matiza Diago. Lo que sí tienen claro es que una vez que el consumidor prueba este tipo de productos, suele ser fiel a ellos.

La evolución es lenta, pero constante. En los últimos 12 años, el mercado interno se ha multiplicado por seis, “pero eso no significa que haya alcanzado todavía un satisfactorio grado de desarrollo, al menos si se compara con otros mercados, pero tiene un fuerte potencial de crecimiento”, concluye el informe del Ministerio de Agricultura.

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