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Columna
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La suerte de los irlandeses

Irlanda entraña menos riesgo que Estados Unidos, dicen los mercados de bonos. Se trata de algo impresionante para un país recién salido de un rescate, y parece un retroceso a la época anterior a la crisis cuando se ignoró el riesgo de crédito. Puede que no dure y afecta a las esperanzas de Irlanda para conseguir un alivio de la deuda por parte de la UE.

La rentabilidad de los bonos de Irlanda a cinco años está por debajo de la de Estados Unidos después de que Moody’s le devolviera su grado de inversión. Es una reminiscencia de los días de gloria tras la puesta en marcha del euro en 1999, cuando los mercados decidieron ignorar el riesgo de crédito soberano. La rentabilidad de los bonos estadounidenses refleja la perspectiva de una política monetaria más restrictiva. Pero los bonos a cinco años de Irlanda también pagan solo una prima de 89 puntos básicos sobre la deuda alemana, la mitad que a principios de octubre.

Esto refleja el progreso de Irlanda para hacer frente a sus problemas fiscales. El déficit primario se reducirá de casi el 12% de la producción en 2009 a casi el equilibrio en este año. La reacción de los mercados también refleja los cambios de prioridades de los inversores. Se preocuparon por el déficit y la deuda a principios de la crisis. Ahora quieren crecimiento y la economía abierta de Irlanda se está beneficiando de la recuperación mundial. Según las previsiones de la UE debería crecer un 1,7% y un 2,5% este año y en 2015 –muy por encima de la media de la zona euro–.

Los inversores quieren crecimiento e Irlanda se está beneficiando de la recuperación mundial

Pero los mercados son volubles. Una débil recuperación económica podría centrar la atención en las debilidades fiscales. El rescate de la zona euro dejó a Dublín con una elevada deuda y una factura de intereses equivalente al 13% de los ingresos este año –más de Portugal, España o Italia–. La recuperación del mercado de bonos es también un arma de doble filo. La caída de la rentabilidad ayuda a la economía. Pero echa por tierra las esperanzas de Irlanda de compartir la carga de su rescate bancario con el resto de la zona euro. Ser el niño de anuncio para la gestión de crisis de la UE tiene su lado negativo.

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