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El 74% amplía su presencia en el exterior

El 80% de las empresas familiares prevé crecer en los próximos seis meses

El 75% reclama bajadas de impuestos para salir de la crisis La principal preocupación es garantizar la formación y la preparación de la sucesión

Trabajadora en una planta de Alibérico, socio de la Asociación Territorial Madrileña de Empresa Familiar.
Trabajadora en una planta de Alibérico, socio de la Asociación Territorial Madrileña de Empresa Familiar.

Mariano Rajoy inicia hoy un viaje a EEUU en el que estará arropado por las grandes empresas del IBEX 35 para defender la fortaleza de la economía española y su rápida salida de la crisis. Un mensaje que también está empezando a calar en las pymes, cuyo negocio no está tan diversificado ni tan concentrado en el extranjero. Así lo constata el primer barómetro de la empresa familiar, elaborado por KPMG tras encuestar a 240 empresas integradas en las asociaciones territoriales del Instituto de la Empresa Familiar, en el que las compañías siguen fiando su futuro al mercado exterior, aunque empiezan a mirar también hacia el mercado interior. Ocho de cada diez confirma que prevé crecer en los próximos meses y de ese porcentaje el 74% apuesta por ampliar su presencia en otros mercados fuera de España.

Las respuestas, sin embargo, muestran un importante cambio en cuanto al mayor interés y atractivo del mercado español para las empresas familiares. Preguntadas sobre si están barajando oportunidades de inversión en el futuro, el 86% responde de forma positiva y gran parte de las respuestas se dirigen hacia España. De hecho, el 47% de las compañías que prevé elevar su inversión lo va a hacer allí, con el objetivo de incrementar su cuota de mercado. El resto opta por mercados exteriores, con una clara preferencia por los sudamericanos, con un 22% de las respuestas, seguidos por los europeos (11%) y asiáticos (7%).

Pero para que esa decisión de gasto se haga realidad, los empresarios consideran que sería necesario despejar muchas de las incertidumbres que les preocupan y tomar decisiones de política económica que impulsen su actividad. La primera de ellas, con el 75% de las respuestas, es una bajada de impuestos, seguida muy de cerca por una rebaja de cotizaciones a la Seguridad Social, con un 67% de las respuestas. En tercer lugar figura la posibilidad de acuerdos laborales más sencillos y flexibles, con un 58% de las respuestas, lo que deja a las claras que los encuestados consideran que existe margen para seguir profundizando en la reforma laboral.

Estos porcentajes contrastan con los reflejados en la misma encuesta a empresarios de otros países de Europa. La muestra global refleja como la principal preocupación de las empresas familiares europeas es la creación de una normativa fiscal más simple, con un 62% de las respuestas, seguida por la reducción de la burocracia, con un 59%. Muy lejos aparecen las dos mayores preocupaciones de las empresas españolas (impuestos y cotizaciones sociales), mencionadas apenas por un 33% de los encuestados en Europa. Esta divergencia refleja la disparidad de impuestos y cotizaciones que pagan los empresarios europeos.

Mantener el control del negocio

En cuanto al negocio estrictamente familiar, el principal desafío de las empresas españolas pasa por formar y preparar al sucesor antes de que se produzca el traspaso de poder, con un 36% de las respuestas, seguido por el mantenimiento del control de las empresas, con un 33% de las respuestas. También en este capítulo se producen profundas divergencias entre lo que opinan los españoles y el resto de europeos: para los segundos, la mayor preocupación, con un 41% de las respuestas, es adquirir la parte de los miembros de la familia que no intervienen de forma directa en el negocio. Muy lejos, y en segundo lugar, figura la formalización de la función de la familia en el gobierno de la empresa.

Tiran de fondos propios ante la escasez de crédito

Lejos de solucionarse, el problema de la escasez de crédito sigue siendo un obstáculo para el desarrollo de las empresas familiares en España, muy dependientes del crédito bancario. Pese a las restricciones y al encarecimiento de las operaciones, el 39% de las firmas sigue considerando al endeudamiento bancario como el más atractivo, aunque solo un punto por encima del uso de fondos propios, con un 38%. Muy lejos aparecen la entrada en mercados alternativos, como el Mercado Alternativo Bursátil (MAB) o el Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF), que solo supone el 8% de las respuestas.

 

Entre los motivos que citan las empresas para que no dispongan de suficiente crédito la mayoría lo achaca a la subida de tipos de interés y a la petición de mayores garantías. “Aunque el barómetro refleja que las empresas familiares tienen una visión positiva de su situación para el futuro, todavía existen factores de incertidumbre que se traducen en que más de la mitad de los encuestados haya señalado el descenso de la facturación debido a la disminución del volumen”, apunta Juan José Cano, socio responsable de Empresa Familiar de KPMG en España.

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