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Prevén un año favorable para colocar papel a buen precio, ya sin presiones de liquidez

Empresas y banca prevén una prima de riesgo aún más baja y moderan las emisiones

Banderas españolas en la Plaza de Cibeles de Madrid.
Banderas españolas en la Plaza de Cibeles de Madrid. Pablo Monge

Los círculos del crédito vuelven a fluir, el mercado de deuda mayorista está más que abierto para empresas y bancos españoles. Pero los emisores, a diferencia de otros años, carecen de presión para salir, pues disponen de liquidez suficiente y confían en que los precios continuarán bajando.

El dinero extranjero está ávido por invertir en deuda española. Los datos económicos de las últimas semanas validan la teoría de la luz al final del túnel. La creencia generalizada en la recuperación es un hecho, pero también ayuda que los emisores nacionales, incluido el Tesoro, ofrezcan rentabilidades bastante más interesantes que sus comparables alemanes o franceses.

Los primeros nueve días del año se han saldado con las colocaciones de dos entidades rescatadas, BMN y Bankia. La entidad liderada por Caja Murcia ha vendido cédulas por 500 millones y la presidida por José Ignacio Goirigolzarri, bonos sénior por 1.000 millones. La compañía española de juego Cirsa ha sido la debutante en el ámbito del high yield.

En las tres primeras semanas de 2013, Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Popular y Bankinter colocaron 6.250 millones en deuda. El arranque del pasado ejercicio también fue muy intenso para las empresas no financieras. Iberdrola, Gas Natural, Telefónica, Ferrovial y Abengoa lanzaron cerca de 5.000 millones en enero.

19.000

millones de euros en deuda colocaron el año pasado las empresas españolas no financieras, según datos de Dealogic recopilados por Société Générale. El importe fue un 41% superior respecto al vendido en 2012.

26.000

millones de euros de deuda colocaron las entidades financieras españolas el año pasado, según los datos de Société Générale. En las primeras tres semanas del ejercicio, concentraron una cuarta parte del importe total.

La situación ha mejorado tanto que no se espera una avalancha de emisiones este enero. “El mercado está abierto, sí. Pero la diferencia está en que tiene toda la pinta de que seguirá así, a diferencia de años anteriores, cuando el peligro de un cierre era constante”, explica Antoine Maurel, director de Mercados Globales para España y Portugal en HSBC.

Las empresas españolas, que suelen hacer, en términos medios, de una a dos emisiones al año, no tienen ningún interés especial en salir al mercado precisamente ahora. “Sí es posible, no obstante, que se vea alguna emisión, aunque no es de esperar un volumen similar al del primer mes de 2013”, señala el directivo del banco británico.

Los directivos de mercados de capitales consultados coinciden en que les está resultando complicado convencer, tanto a empresas como a entidades financieras, de que es un buen momento para salir. “Las firmas nadan en liquidez, la mayor parte de ellas sigue una estrategia muy prudente que les permite mantener entre 12 y 18 meses de vencimientos ya cubiertos”, señalan desde el departamento de capitales de otra entidad extranjera. Eso sí, todo lo que sale se coloca sin problemas y a precios muy competitivos. Los bonos sénior de Bankia con vencimiento cinco años se han vendido con una rentabilidad de aproximadamente el 3,6%. Un precio muy atractivo para la entidad y para los compradores. Por ejemplo, BNP Paribas vendió el pasado martes 1.250 millones a siete años a un interés menor, del 2,3%.

“Las necesidades de liquidez son mínimas, tanto por parte de las empresas como de las entidades financieras. No vemos ninguna prisa por salir al mercado, a diferencia de otros ejercicios, como el pasado. Los emisores están convencidos de que el mercado seguirá abierto, e incluso de que los diferenciales continuarán estrechándose. Para que se produzca una avalancha de emisiones de deuda sería necesario que la situación mejorara notablemente, hasta el punto de que se produzcan de nuevo operaciones de fusiones y adquisiciones”, señalan fuentes financieras.

Resueltas por tanto las necesidades de liquidez, las grandes empresas y bancos afrontan el año de manera desahogada. “Sabemos que los mercados están abiertos, con unos diferenciales muy cómodos. El año se presenta mucho más tranquilo que el anterior y no hay urgencia por emitir”, reconocen en el departamento de mercado de capitales de una entidad financiera. La colocación de deuda de Bankia –que en el ámbito financiero ayer se consideraba un éxito– no será un elemento de presión para que el resto de bancos se lance a emitir, si bien el entorno actual de mercado no puede ser más favorable para reforzar los niveles de capital y mandar con ello una señal de fortaleza a los inversores.

De hecho, la sorprendente velocidad que está tomando el rally de la deuda también lleva a pensar a algunos inversores que gran parte del recorrido que se había previsto para este año ya está hecho, aunque siga quedando margen de mejora. En definitiva, la deuda española, pública y privada, ha recuperado el favor del mercado.

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