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Editorial
Tribuna
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La fortaleza exportadora se consolida

El sector exterior ha mantenido la esperanza de crecimiento de la economía española incluso cuando esta entró en recesión, en los momentos más difíciles de la crisis. La apertura de nuestra economía y la diversificación de los mercados acometida las últimas décadas por las grandes empresas españolas han servido para compensar en parte la anemia del mercado interior y en ciertos momentos han sido un único rayo de esperanza. El Gobierno, por su parte, ha encontrado en el sector exterior un argumento para asegurar el principio de la recuperación, a sabiendas de que esta no será posible sin que despierte el consumo interno. No obstante, los datos confirman una capacidad exportadora de la economía española que debe ser apoyada en toda su extensión como uno de los pilares en los que se va a sustentar la recuperación. De la fortaleza del sector exterior da idea que el deterioro económico de la zona euro, principal cliente de España, y también de algunos países emergentes en la segunda mitad de 2013, no le ha pasado factura. Entre enero y septiembre, y según datos de la Organización Mundial del Comercio, las ventas españolas al exterior crecieron un 7,5%, un porcentaje muy superior al de las otras grandes economías de la zona euro. Este dato sitúa a España como tercer país en el ranking por crecimiento de las exportaciones, solo por detrás de China y de Reino Unido. La cuota exportadora, a su vez, sube un 5,6% y se sitúa en el 1,69% frente al 1,60% del mismo periodo de 2012.

Esta evolución es incluso más destacable si se tiene en cuenta el efecto divisa. Tanto China como Reino Unido se han visto favorecidos por la debilidad, respectivamente, de la libra esterlina y del yuan, lo que ha abaratado sus ventas al exterior –que han llegado a máximos históricos–, frente a las otras dos grandes divisas en las que operan las exportaciones españolas, el dólar y, sobre todo, el euro.

Conforme al cuadro macro para el ejercicio recién comenzado, el Ejecutivo confía en que el sector exterior aporte 1,2 puntos de crecimiento al PIB, mientras que la demanda interna seguirá frenada y restará cuatro décimas. Eso ocurrirá si se cumplen los cálculos oficiales, que prevén un crecimiento de las exportaciones del 5,5% este año, y que estas compensen la debilidad de la demanda interna.

Este escenario, sin embargo, no está exento de incertidumbres. Y, entre ellas, la principal está en las dudas sobre el desempeño de la economía francesa, la principal cliente de España junto a la alemana. Una razón más para insistir en la diversificación de los mercados a los que abastecen nuestras empresas y, muy especialmente, para impulsar la capacidad exportadora de las pymes, verdadera asignatura pendiente de nuestro sector exterior.

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