Espacio femenino y perfumado en L’Oréal Luxe
“Hay signos de recuperación que se observan a través del sector de belleza” "Haya crisis o no, nuestro trabajo es estrenar productos constantemente"
Es la reina del perfume, sobre todo en esta época del año, que es cuando se efectúan más de un tercio de las ventas anuales. Carolina Castillo, nacida en Valencia (Venezuela) hace 40 años, dirige desde 2012 la división de perfumes de L’Oréal Luxe en España, y está feliz por varios motivos.
Por primera vez, ya que el año pasado la campaña de Navidad no fue la deseada, está disfrutando de una temporada de ventas muy dinámica, con un crecimiento del 6% frente al resultado negativo de 2011. “Hay signos de recuperación económica que se pueden observar a través del sector de la belleza, que ha sobrevivido a la crisis, cosa que en otros sectores, como el alcohol, no ha sucedido”, explica esta ejecutiva, que atribuye este éxito al gran dinamismo y optimismo de la cosmética. Y pone como ejemplo el siguiente dato: la división de perfumes de L’Oréal hace una media de siete lanzamientos al año, “haya crisis o no, estrenamos productos”.
El grupo facturó solo en esta categoría 2.000 millones de euros, un 5,6% más que en 2011, lo que supone un 10% de las ventas totales de la compañía. L’Oréal Luxe en España es número uno en perfumes femeninos y ocupa el cuarto puesto en fragancias masculinas. Reconoce que su trabajo al frente de esta división se centra sobre todo en la parte operativa, es decir, que todas las campañas y los productos lleguen a su punto de venta de manera impecable, y controlar que la puesta en escena sea la deseada por la marca. Se trata de un sector, en el que apenas lleva dos años, donde esta ejecutiva, de elegante apariencia y delicados gestos, se maneja bien.
Previamente había trabajado en Venezuela para Procter & Gamble, y de ahí se fue a Chicago, donde comenzó a trabajar con la consultora McKinsey & Company. En 2002 llegó a España “por amor, ya que conocí a mi marido, que es de Colombia”, donde encontró empleo en el sector de las bebidas alcohólicas, en Diageo. “Fue un cambio importante porque pasé a tener un cambio en mis funciones, a un rol más operativo, ya que echaba de menos rematar las operaciones que comenzabas en la consultora”, explica.
Una orquídea y un muestrario de Armani
Su despacho es todo armonía. Encima de su mesa, y cerca de las pantallas de los ordenadores y del teléfono, una delicada orquídea de color blanco. Y muy cerca, todo un escaparate con un repertorio de las fragancias de Giorgio Armani, uno de sus preferidos por la meticulosidad con la que el diseñador italiano pergeña cada perfume. Confiesa que no es fiel a ningún aroma, “me gusta picotear, pero valoro mucho la fijación que tenga el perfume”.
España, según datos que maneja el grupo francés, es el tercer mercado de Europa de L’Oréal en fragancias, después de Francia y Reino Unido. El grueso de las ventas del área de perfumes de lujo sigue recayendo en los clásicos, como Anaïs Anaïs, que después de 35 años sigue estando entre los más vendidos, o Acqua di Gio, que es el perfume más vendido del grupo y, después de tres décadas en el mercado, se encuentra en tercer puesto mundial. Otro gran logro, este más reciente, es el de Polo Red, que ha conseguido ser el segundo lanzamiento del año en el mercado masculino. Y sumado a toda la franquicia Polo, donde se encuentra también Polo Blue, se coloca en el cuarto puesto de las fragancias masculinas más vendidas.
Pero este sector no son solo cifras, así lo asegura esta ejecutiva, “detrás de cada fragancia hay una historia, que es la que se quiere transmitir”. De todo ello habla con la seguridad que le da haber encontrado, tras haber pasado por varios sectores, un gran sitio para trabajar. “Me gustaría quedarme aquí porque creo que puedo desarrollar carrera profesional”. En el grupo L’Oréal, asegura, no hay límites, “siempre hay proyectos, y se trata de avanzar y de no ponerse nunca límites”.
Hoy trabaja en la sede central del grupo L’Oréal en España y, a pesar de que el mobiliario es el convencional dentro de la alta dirección de la firma de origen francés, hay toques femeninos en toda la estancia. Por ejemplo, el delicado perfume que invade el ambiente. Porque en el despacho de Carolina Castillo huele muy bien. Ahora está enganchada al último lanzamiento, Sí, de Giorgio Armani, del que es una férrea prescriptora.
Su mesa de trabajo está ordenada y no existe rastro de ningún detalle que dé pista alguna sobre su vida personal. No hay fotos de sus dos hijos, a los que tiene presentes durante la conversación, sobre todo cuando habla de conciliación. Trabaja unas 11 horas al día y procura llegar a casa sobre las 20 horas.
Desde su luminoso despacho hay una perspectiva amplia del horizonte de Madrid, aunque advierte que utiliza poco este espacio. “Soy mucho de estar con la gente, [en su división trabajan 45 personas], ya que tengo la manía de contrastarlo todo con el equipo. Necesito escucharles, ayudarles a orientar las ideas que tienen, a priorizar”. Porque ella es de las que dicen que menos es más. Uno de sus objetivos es “hacer pocas cosas pero muy grandes, ya que no se trata de quién hace más lanzamientos, sino de quién consigue que sean un éxito”.