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Columna
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¿Fin de la ‘bitcoinmanía’?

El sentido común llega a la moda del bitcoin. En el proceso, está trayendo a sus partidarios pérdidas financieras y vergüenza intelectual.

En lo que a precio se refiere, el bitcoin se está comportando como lo ha hecho durante los últimos dos años: con una intensa volatilidad. El precio en dólares de un bitcoin subió de cinco, a principios de 2012, a 1.200 a principios de diciembre. Ayer, cotizaba por encima de 500 dólares, tras caer de un 25% durante el día.

El catalizador para la última caída fue la noticia de que el gobierno chino había prohibido nuevas compras de yuanes. Los entusiastas del bitcoin pueden decir que las autoridades están actuando porque temían el crecimiento de una moneda que está libre del poder de un estado opresor. Lo más probable es que no. Vieron un paraíso para los contrabandistas –un medio de intercambio de ofertas ilegales y una herramienta para esquivar los controles de capital–.

Al acecho, detrás de las recientes caídas, están los defectos intelectuales fundamentales. La brujería tecnológica de bitcoin promete escasez, lo cual es un pre requisito para que haya valor. Pero la demanda también es importante. La sorprendente volatilidad de los precios, mientras tanto, socava la creencia de que el bitcoin puede servir como medio de intercambio. Los usuarios normalmente necesitan asegurarse de que las monedas tendrán su valor –en períodos cortos, por lo menos–.

La especulación explica por qué el bitcoin casi ha cuadruplicado su valor en noviembre. Los compradores solo querían entrar mientras las cosas iban bien. Ahora, los propietarios están intentando captar algunos beneficios o reducir sus pérdidas.

En comparación con el pico, el precio del bitcoin ha caído más del 50%. La caída refuerza el mensaje de Pekín: no hay ninguna buena razón para poseer bitcoins. La pseudo moneda electrónica ha tenido una buena racha. Ideólogos, especuladores y estafadores disfrutaron mientras duró. Pero ahora que las autoridades están tomando nota, el precio caerá mucho más.

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