Copasa ofrece el 7,5% en la primera emisión destinada al MARF
El Mercado Alternativo de Renta Fija (MARF) está a punto de ser una realidad. La constructora gallega Copasa ha cerrado hoy una emisión de deuda a cinco años de 50 millones de euros en la que ofrecerá un cupón del 7,5% y con la que se estrenará en los próximos días una nueva fórmula de financiación para pymes.
Fuentes próximas a la compañía han confirmado que Copasa ha cerrado la emisión que inició esta mañana y en la que ha colocado 50 millones de euros entre inversores institucionales, en línea con el importe previsto. El 20% de esos inversores son internacionales. La deuda emitida es a un plazo de cinco años y ofrece un cupón del 7,5%, que servirá sin duda de referencia para abrir camino en el mercado renta fija para pymes, la alternativa que ha diseñado el Gobierno para intentar dar respuesta a la grave escasez de financiación bancaria.
Los nuevos títulos de deuda de Copasa comenzarán a negociarse en el MARF en los próximos días. El día 19 es la fecha en que está previsto el desembolso de la emisión y a partir de ahí, quedará pendiente apenas el visto bueno del mercado AIAF a la documentación sobre la emisión.
Copasa llega al mercado con un rating de BB, otorgado por la agencia española Axesor, que destaca de la constructora gallega su "adecuada capacidad" para hacer frente a las obligaciones financieras en el largo y corto plazo. Según explicaba a principios de mes en un comunicado, la calificación "certifica la posición de solidez que acredita Copasa y, al mismo tiempo, supone un reconocimiento a la trayectoria, a la situación actual y a la estrategia de futuro que sigue la compañía, basada en la expansión internacional y en la diversificación de ingresos". Axesor alude a la cartera contratada, que supone una carga de trabajo para los próximos cuatro años por valor de 1.438 millones, de los que el 64,8% corresponde a obra contratada en el exterior.
Una representante del sector empresarial más castigado durante la crisis será quien inaugure el mercado con el que el Gobierno pretende dar una primera respuesta a la escasez de crédito bancario, que se ceba precisamente con las empresas vinculadas al ladrillo. Copasa ha tenido que afrontar así la penalización adicional que supone ser una constructora, aunque muy diversificada, y lanzar además una emisión de reducido tamaño, en la que no habrá la liquidez habitual en la deuda corporativa de las grandes empresas. “Una empresa de rating BB puede financiarse a cinco o siete años por debajo del 6%”, explican fuentes del mercado de capitales. Abengoa, con un rating inferior de B+, emitió a principios de mes 330 millones a siete años al 7,75%, prueba de las exigencias del mercado.