Competencia a fondo en el móvil
El sector de la telefonía móvil presenta en España cifras elocuentes. Hace tiempo que las líneas contratadas superan con creces al número de habitantes. Y a pesar de la crisis económica y de la caída en el servicio prepago, la cantidad de líneas (52,13 millones) sigue muy por encima del número de españoles (46,5 millones). Pero lo trascendente del caso para las compañías del sector es que estas importantes magnitudes se dan también a la hora de competir. Como prueba, desde principios de este año han cambiado de operador 5,17 millones de usuarios, casi del 10% del mercado. Un fenómeno creciente desde el comienzo de la crisis, que lleva a que se hayan producido 29 millones de portabilidades en la telefonía móvil desde 2007, prácticamente el 56% del mercado. Esa gran infidelidad de los españoles a su operadora es un reflejo de la guerra de precios, y también de la estrategia de optimización del gasto en los hogares, obligados por la crisis a un notable ajuste. Pero es a la vez fruto de la enorme competencia que vive el sector, animada por la irrupción de productos integrados que han añadido más fuerza a la sacudida habitual en el mercado. Una infidelidad, animada además por nuevos actores, que exige un sobreesfuezo permanente a las compañías, con el cliente como objetivo, si quieren decir algo en el mercado.