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Ascendía a 21 millones de euros

El presidente de PSA renuncia a su indemnización de jubilación

“Dada la polémica generada, ante la necesidad actual que precisa más de unir que de dividir y por el respeto que tengo por los colaboradores del grupo, he decidido renunciar a mis derechos de jubilación”, aseguró Varin ante la prensa.

El presidente de PSA indicó que las modalidades de su retiro habían sido aprobadas tanto por el Consejo de Vigilancia como por la junta de accionistas del grupo en 2010, cuando la situación económica era “más fácil que la actual”.

La decisión de Varin se produce tras la gran polémica causada en Francia después de que un sindicato desvelara que el presidente de PSA iba a embolsarse una indemnización de 21 millones de euros cuando en el año próximo pase el testigo del grupo a Carlos Tavares.

La cifra coincidía con un dinero reservado en las cuentas del grupo, según reveló el diario “Le Parisien”.

Poco antes de anunciar la renuncia a sus derechos de jubilación, el alto ejecutivo, que llegó a PSA procedente del mundo de la siderurgia, había negado el cobro de esa indemnización.

“Cuando salga del grupo, llegado el momento, no tendré ninguna indemnización de salida. Sin embargo, es verdad que voy a beneficiarme de una pensión complementaria de unos 300.000 euros al año. No recibiré, ni ahora ni más tarde, la suma de 21 millones de euros de la que se habla”, declaró a la emisora “France Info”.

Varin se encontró en medio de una gran polémica dos días después de anunciar el nombre de su sustituto, el antiguo “número dos” de Renault Carlos Tavares.

El ministro de Economía, Pierre Moscovici, consideró “inapropiada” la indemnización publicada, en un momento en el que PSA atraviesa dificultades económicas y ha recurrido a una garantía estatal por valor de 7.000 millones de euros para una de sus filiales.

Algo similar pensaron los sindicatos, que consideran a Varin responsable del dure ajuste al que está sometido la empresa, obligada de al cierre de su planta de Aulnay-sous-Bois, a las afueras de París y al despido de 8.000 trabajadores en Francia, el 10 % de la plantilla en ese país.

En septiembre de 2009 Varin tomó los mandos de PSA, que en el ejercicio anterior había perdido 343 millones.

En las primeras cuentas que presentó como presidente las pérdidas ascendían a 1.161 millones, lo que le obligó a pedir al Estado ayudas por valor de 3.000 millones, a cambio de renunciar a despidos y no cerrar plantas en Francia durante cinco años.

En el primer semestre de 2013, el grupo ha perdido 426 millones de euros, casi la mitad que en el mismo período de 2012.

Los analistas consideran que PSA está demasiado centrado en el mercado europeo, a la baja en los últimos años, sustentado solo por las ayudas estatales a la renovación del parque automovilístico.

En este sentido, Varin mantiene conversaciones con el grupo chino DongFeng para una eventual entrada en el capital de la marca francesa, lo que debería potenciar su internacionalización.

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