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Columna
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Un acuerdo poco espectacular

Repsol está evaluando una oferta de Argentina como compensación por la expropiación en el 2012 del 51% de su participación en la subsidiaria local YPF. No es un acuerdo espectacular, pero Repsol tendría escasas posibilidades de obtener algo mejor en esta negociación de gran relevancia política.

En líneas generales, los términos financieros parecen poco alentadores. YPF está valorado en los libros de Repsol en 5.300 millones de euros (7.100 millones de dólares) y la compañía con sede en Madrid pretendía llegar a los 10.500 millones de dólares. Además, Argentina no está ofreciendo dinero en efectivo: pagaría a Repsol en bonos del Gobierno a 10 años denominados en dólares, según una fuente cercana a la negociación.

En junio, la firma española rechazó otra oferta de compensación formulada por un valor nominal de 5.000 millones de dólares, por considerar que esta, que incluía una participación en Vaca Muerta, no lo valía. El mercado daba por perdido la participación en YPF, y persiste cierto escepticismo comprensible. La nueva propuesta está valorada en teoría en 2,85 euros por título, pero la acción de Repsol subió apenas 0,90 euros ante la noticia difundida el martes. Si, por ejemplo, el bono acarrea un cupón de cero con vencimiento a siete años, entonces el valor presente neto de los 5.000 millones de dólares de deuda sería de apenas 1,3 euros por papel, según analistas de Societe Generale.

En junio, la petrolera española rechazó una oferta por un valor nominal de 5.000 millones de euros

Con todo, los directivos de Repsol no pueden rechazar tan fácilmente un plan patrocinado por el ministro de Industria español, ejecutivos de la firma con sede en Madrid, y sus dos principales tenedores de bonos, Caixabank y la mexicana Pemex. Una resolución también allanaría el camino para que compañías petroleras extranjeras inviertan las decenas de miles de millones de dólares que Buenos Aires necesita para explotar el gigantesco yacimiento de Vaca Muerta.

La alternativa –continuar el litigio con Argentina bajo arbitrio internacional– sería un proceso largo y tedioso. Aceptar la oferta al menos permitiría a los directivos españoles focalizarse en la creación de valor para los accionistas de otras formas, como por ejemplo mediante una buena venta de la participación de Repsol en Gas Natural.

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