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Columna
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La última carta convencional

Mario Draghi ha agotado prácticamente sus cartas convencionales. El presidente del Banco Central Europeo anunció un recorte de los tipos de interés un mes antes de lo que esperaba el mercado. El precio del dinero se redujo del 0,5% al 0,25%. Pasada la sorpresa, comienzan los juicios económicos.

La sorpresa vino porque había buenas razones para que el BCE esperara hasta diciembre. La zona euro está saliendo lentamente de la recesión, el crédito se está relajando y la confianza del consumidor aumenta. Pero también había buenas razones para actuar ahora, en particular la baja y decreciente tasa de inflación –0,7% el mes pasado.

El movimiento ha ayudado a Draghi a mantenerse por delante de los mercados, algo en lo que ha sobresalido en desde que asumió la presidencia del BCE en 2011. El año pasado, se las arregló para poner fin a la crisis existencial de la zona euro con la promesa de comprar deuda de los gobiernos soberanos débiles.

El movimiento de Draghi le ha ayudado a mantenerse otra vez por delante de los mercados

La medida no va a hacer milagros económicos. Podría sumarse marginalmente a los préstamos y el gasto, lo que haría menos probable la deflación real. Sin embargo, no está exenta de riesgos. Ya no quedan más recortes de tipos convencionales, salvo uno. Si se necesita un mayor estímulo monetario, las opciones del banco central serán menos apetecibles.

Es poco probable que en 2014 no haya problemas. Si la recuperación estadounidense coge ritmo, la rentabilidad de los bonos podría aumentar, desafiando a la economía global. Además, los bancos de la zona euro podrían restringir los préstamos si la prueba de calidad de los activos y las pruebas de esfuerzo destapan demasiados gremlins.

Las opciones de Draghi incluirán comprar activos, llevar los tipos de interés por debajo de cero, o bombear liquidez ultra barata a los bancos. No hay garantía de que ninguna funcione, y todas son controvertidas en una zona monetaria sin unión política.

Puede que el BCE esté esperando que un movimiento proactivo en la actualidad le evite tener que enfrentarse después a esas decisiones difíciles. Algo optimista.

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