Un directivo del Ibex ahorrará 19.200 euros en el IRPF si vive en Madrid
La brecha fiscal entre Cataluña y Madrid alcanza un nivel nunca visto Los asesores fiscales detectan cambios de residencia por motivos tributarios
La brecha fiscal entre Cataluña y Madrid, las dos locomotoras de la economía española, no cesa de crecer y en 2014 alcanzará un nivel nunca visto. La rebaja fiscal anunciada por el presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, situará el tipo marginal máximo –que se aplica sobre rentas superiores a 300.000 euros– al 51,5%, mientras que Cataluña mantiene un gravamen máximo del 56%, un porcentaje que en el mundo solo supera Suecia y Aruba.
Un consejero del Ibex cobra de media 562.000 euros brutos al año, según la última memoria de Gobierno Corporativo publicada por la CNMV. Si reside en Madrid, pagará en 2014 por el impuesto sobre la renta 268.535,5 euros frente a los 287.798 que abonará otro directivo con idéntico sueldo que viva en Cataluña. Un 6,7% menos. La diferencia asciende a 19.260 euros, una brecha relevante que puede incentivar a contribuyentes catalanes a fijar su residencia fiscal en Madrid. Los altos directivos que viajan a menudo y tienen una elevada capacidad económica, les resulta relativamente sencillo cambiar su residencia fiscal, que se determina por la comunidad en la que un contribuyente pasa la mayor parte del año.
Para una renta baja o media, vivir en Madrid también supone una ventaja, aunque menor. Ello es así porque los incrementos impositivos del tramo autonómico aprobados por la Generalitat se han centrado únicamente para rentas superiores a 120.000 euros. Por ejemplo, un contribuyente con una base imponible de 17.000 euros en el IRPF pagará en Cataluña 2.932,6 euros y, en Madrid, ese mismo asalariado abonará 2.796 euros. Un 4,6% menos. A medida que aumenta el salario, también se incrementa la brecha fiscal y los incentivos a cambiar de residencia. ¿Se están produciendo deslocalizaciones de rentas altas para aprovechar la mejor fiscalidad de Madrid? Los datos de la Agencia Tributaria no son concluyentes para afirmar que existe un movimiento relevante en este sentido, sin embargo, los asesores fiscales reconocen que la capital madrileña está atrayendo a contribuyentes adinerados por su menor nivel impositivo en IRPFy por no aplicar el impuesto sobre el patrimonio.
La realidad es que la mayoría de rentas altas tributa en Madrid. La Comunidad presidida por Ignacio González reúne al 15,9% de los contribuyentes totales del IRPF, por detrás del 18% de Cataluña y el 16,5% de Andalucía. Sin embargo, si se toma solo la muestra de los declarantes con rentas superiores a 150.000 euros, los datos reflejan que el 39,2% de estos tributa en Madrid frente al 24,2% en Cataluña. Y si se sube algunos peldaños más, la estadística indica que el 48,6% del total de contribuyentes que ingresa más de 600.000 euros al año tiene su residencia fiscal en Madrid y solo un 22,4% en Cataluña.
El atractivo de pagar cero euros por el impuesto de patrimonio
La Comunidad de Madrid es la única región que ha rechazado aplicar el impuesto sobre el patrimonio, un tributo que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero eliminó en 2008 y recuperó de forma temporal para los ejercicios fiscales de 2011 y 2012. Sin embargo, el Gobierno de Mariano Rajoy amplió su vigencia hasta 2014. Se trata de un tributo que grava la riqueza neta de los contribuyentes a partir de 700.000 euros y sobre el que las comunidades tienen competencia. Madrid ha utilizado su capacidad normativa para establecer una bonificación del 100% sobre la cuota del tributo, lo que equivale a su eliminación. Así, un contribuyente con un patrimonio valorado en cuatro millones de euros abonará 164.049 euros si reside en Andalucía, 41.985 euros si vive en Cataluña o 36.546 euros si está censado en Castilla-La Mancha o Galicia. En cambio, en Madrid, ningún contribuyente paga ni un euro.
Así, los declarantes con elevados bienes tienen un motivo de peso para trasladarse a Madrid. Además, el impuesto sobre el patrimonio se rige por la legislación de las comunidades autónomas en la que reside el contribuyente, con independencia del territorio en el que tenga sus bienes. Dicho de otra forma, una persona puede ser propietaria de veinte edificios en el Paseo de Gracia de Barcelona y, si vive en Madrid, no pagará ni un euro por el impuesto sobre el patrimonio.
Esta situación podría cambiar a partir de 2015, cuando entrará en vigor la reforma fiscal que prepara el Gobierno de Mariano Rajoy. La idea de Hacienda es reforzar la fiscalidad patrimonial. Bruselas o el Fondo Monetario Internacional (FMI) recomiendan que los Estados recurran a impuestos que graven la riqueza porque, en su opinión, distorsionan menos el mercado que tributos como el IRPF.
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