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Tensión entre Moncloa y la Generalitat

Rajoy defiende la unidad de España en Barcelona tras un frío saludo con Mas

"Lo moderno es la unión, no la disgregación", defiende Rajoy en su discurso. El presidente de la Generalitat acusa al Ejecutivo de impedir la recuperación económica de Cataluña

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto al presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, antes de la inauguración del Foro Económico Mediterráneo.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, junto al presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, antes de la inauguración del Foro Económico Mediterráneo. REUTERS

Un saludo protocolario y fin. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, recibió a Rajoy en el Palacio de Pedralbes de Barcelona, donde se celebra el Foro Económico del Mediterráneo. Tras el frío encuentro y la foto de rigor, Mas se ha dirigido al Parlamento catalán y, por lo tanto, no ha estado presente durante el discurso inaugural del presidente del Gobierno. Rajoy ha defendido en su intervención que la crisis económica requiere “más integración y menos fronteras" y aseguró que “lo moderno es la unión, no la disgregación”. La Generalitat intentó sin éxito que Mas también interviniera durante este foro que reúne a los ministros de Exteriores de los Estados europeos y africanos bañados por el Mediterráneo. 

La negativa de Moncloa ilustra las tensas relaciones entre el Ejecutivo de Rajoy y la Generalitat, que mantiene su intención de convocar un referéndum independentista en 2014. Rajoy no ha utilizado su atalaya para hablar directamente del conflicto catalán, aunque ha lanzado mensajes inequívocos. El presidente del Gobierno señaló que el mundo camina irremisiblemente hacia procesos de integración, que “lo moderno es la unión, no la disgregación” y que “el signo de los tiempos es la integración y no el aislamiento”.

Rajoy habló de Barcelona, “como ciudad mediterránea, catalana y española”, y puso a la ciudad como ejemplo de tantas aportaciones que pueden armonizarse positivamente en un proyecto común que “no excluye a nadie y beneficia a todos”.

En su discurso, Rajoy ha señalado que la elección de Barcelona como sede del primer foro económico supone “el mejor de los comienzos posibles” porque la capital catalana es “el más vivo reflejo del Mediterráneo”, un lugar “donde las identidades se suman y los arraigos se comparten” y una ciudad que “encarna la pluralidad, el cosmopolitismo y la apertura”.

Acuñando la expresión de Miguel de Cervantes, Rajoy afirmó que los españoles también sienten a Barcelona como “honra de España” y encuentran en ella “un carácter tan fiel a su identidad y sus raíces como abierto y acogedor”. El presidente del Gobierno afirmó que el espíritu del Foro es que perviva un Mediterráneo como “eje de vertebración y de unidad”, un mar que, ha dicho, “nunca ha sido una frontera, sino un horizonte de esperanza y un puerto seguro para la prosperidad”.

“A lo largo de los siglos, de costa a costa y de una orilla a otra orilla, el Mediterráneo nos ha permitido reconocernos en el otro sin renunciar a lo que somos”, por lo que “si algo nos enseña la historia es que estamos mejor en el encuentro que en el desencuentro, en la cercanía que en el alejamiento, en la cooperación que en los esfuerzos aislados”, afirmó el jefe del Gobierno.

El presidente de la Generalitat, por su parte, acusó a Rajoy de llevar cabo “imposiciones protocolarias” y aseguró que el Ejecutivo español supone “un impedimento” para la recuperación de la economía catalana.

Evitar que el Mediterráneo se convierta en una "fosa común"

El jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, señaló ayer que mañana exigirá a la UE redoblar esfuerzos para evitar dramas protagonizados por inmigrantes como el de Lampedusa y que preste más apoyo político, operativo y financiero a los países del sur de Europa por ser los que asumen más presión en este asunto.

Para él, lo ocurrido en Lampedusa (donde fallecieron unos 400 inmigrantes al naufragar frente a esa isla italiana la embarcación en la que viajaban) es un drama de “incalculables dimensiones” que ha conmovido a toda la sociedad internacional. El “insoportable” número de víctimas hace, según resaltó, que ninguna sociedad pueda mostrarse impasible ni indiferente.

A su juicio, la gestión adecuada de estos flujos constituye una obligación moral a la que se debe hacer frente juntos sin mayor dilación y un complejo desafío que exige para su resolución de una determinación conjunta.

“Este es uno de los retos de nuestro tiempo”, ha asegurado Rajoy, quien ha señalado que no se puede tolerar de ninguna manera que el Mediterráneo se convierta “en una fosa común”.Rajoy solicitará a la UE un esfuerzo conjunto de la Unión, de los Estados miembros y de instituciones para controlar las fronteras exteriores de los Veintiocho.

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