Ajustes en el salario mínimo
Alemania es uno de los pocos países occidentales sin salario mínimo. Este Sonderweg (camino especial) está a punto de finalizar. El partido socialdemócrata (SPD) ha convertido el salario mínimo en una condición fundamental para establecer una coalición con Angela Merkel. El 83% de los votantes apoya su petición de un nivel salarial de al menos 8,50 euros por hora.
Para evitar consecuencias no deseadas, el proyecto del SPD debería modificarse. La diferenciación regional es clave. Los niveles de productividad y de salarios en el este de Alemania son aún más bajos que en el oeste.
Es importante que la decisión sobre el nivel de los sueldos mínimos se quite del alcance de los políticos. Alemania debería copiar el enfoque británico, donde una comisión independiente establece el nivel. En lugar de utilizar una fórmula mecánica, tiene en cuenta las tendencias en la productividad, la inflación y la actividad económica, y utiliza en gran medida una investigación de última generación.
La propuesta del SPD alemán refleja de alguna forma el modelo de Reino Unido
La propuesta del SPD refleja de alguna forma el modelo de Reino Unido, pero los políticos deberían abstenerse de establecer también el nivel inicial. Esta decisión debe dejarse en manos de la comisión, que probablemente propondría menos de los simbólicos 8,50 euros. Esto podría ser difícil de digerir para la base del partido SPD, pero evitaría los efectos negativos sobre el empleo.
En 8,50 euros, cerca de 5,3 millones de trabajadores se verían afectados por la nueva ley. De media, obtendrían un aumento salarial del 35%. El impacto macroeconómico sería, sin embargo, más moderado. Mientras que la suma de todos los salarios pagados en la economía alemana se incrementaría en un 3%, el impacto en los ingresos del hogar sería solo una cuarta parte de esto, según calcula el think tank económico DIW. Muchos trabajadores con salarios bajos están reclamando beneficios sociales, que a su vez se podrían reducir.
El mayor benefactor puede ser el presupuesto del gobierno. El IAB, otro think tank económico, estima que los ingresos fiscales se incrementarán en 0,8 millones de euros, mientras que los gastos de seguridad social se reducirán en hasta mil millones de euros. Eso no suena como un buen trato.