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Mercado ibérico, referente de integración en Europa

En un encuentro reciente en Lisboa, el secretario de Estado de Energía español, Alberto Nadal, y su homólogo portugués, Artur Trindade, reclamaban a la Unión Europea una mayor integración en el mercado de la energía y la necesidad de reforzar las conexiones físicas con Francia. Ambos países marcaron un hito histórico en 2004 con la puesta en marcha del Mercado Ibérico de la Electricidad (Mibel) que ha posicionado a la Península Ibérica como un referente de integración.

“Este es un esfuerzo que debe continuar para aumentar las interconexiones con Europa, e impulsar el acoplamiento de mercados y el desarrollo de una red eléctrica a gran escala (supergrid)”, según Antonio Hernández, socio de Sectores Regulados, Inversiones Extranjeras e Internacionalización de KPMG en España. En su opinión, “el Mibel constituye un paso adelante modélico en la integración de mercados eléctricos en la UE. A través de esta cooperación ibérica se incrementa el tamaño del mercado, clave en un proceso de integración europeo a mayor escala ”.

Desde los primeros pasos dados en 1951, con la creación del mercado del carbón y del acero, la energía ha tenido un papel protagonista en la historia de Europa, a pesar de que hasta 2007, con el Tratado de Lisboa, la política energética común fuera inexistente; Europa es, además, muy dependiente energéticamente. “Esto se olvida con frecuencia y es muy importante recordarlo cuando se analiza el sector energético del continente”, afirma Vicente López-Ibor, presidente de Estudio Jurídico Internacional. De ahí la importancia de los progresos realizados en la Península Ibérica: “Se ha avanzado en la configuración y en las modalidades de contratación en los mercados mayoristas de electricidad, en el pool, en los mercados a plazo. Se está haciendo una buena tarea, aunque es necesario profundizar más para que haya más competencia, y extenderla al gas, porque el suroeste europeo tiene un papel estratégico en la configuración de un hub ibérico del gas”, añade López-Ibor.

2,7 millones de euros fue el flujo de inversión directa de España en Portugal en el sector de suministro de energía eléctrica y gas en 2012.

1,2 millones de euros, casi la mitad del volumen total invertido por España en el país vecino, se destinó a producción de energía eléctrica de origen eólico.

Por su parte, Hernández García destaca que 2012 ha sido un año clave ya que se ha consolidado la reestructuración del Operador del Mercado Ibérico (OMI); se ha constituido un operador de mercado mayorista de gas natural en la Península Ibérica (Mibgas), y se ha avanzado significativamente en el acoplamiento del mercado spot ibérico y el europeo, entre otros hitos: “En la actualidad el regulador y los agentes involucrados siguen avanzando en el análisis de las alternativas de funcionamiento del mercado, estudiando tanto aspectos corporativos como técnicos y operativos”, puntualiza.

41,4%  porcentaje que se redujo durante el ejercicio pasado las inversiones directas en Portugal en el sector energético.

Desde el punto de vista empresarial, todas las grandes compañías españolas productoras y distribuidoras están presentes en Portugal (Iberdrola, Repsol, Cepsa, Endesa…) y, en nuestro país, Hidrocantábrico está controlada accionarialmente por la portuguesa EDP desde 2002. Según datos de la Secretaría de Estado de Comercio, en 2012 el flujo de inversión directa de España en Portugal en el sector de suministro de energía eléctrica y gas fue de 2,7 millones de euros, un 41,4% menos que en 2011. De estos, 1,2 millones corresponden a inversión en producción de energía eléctrica de origen eólico. No hay que olvidar que cerca de la mitad de la energía generada en Portugal proviene de fuentes renovables y, por tanto, este es un mercado del máximo interés para las compañías de energías limpias.

Antonio Hernández resalta que, aunque España es históricamente un exportador neto de electricidad a Portugal, la tendencia está cambiando. Según datos de Red Eléctrica, durante los cuatro primeros meses del año España ha sido importador neto.

Logística, la vertiente atlántica

España y Portugal disfrutan de una posición estratégica extraordinaria para sacar el máximo provecho a las conexiones entre Europa, África y América. De ahí que la colaboración entre ambos países en el ámbito de la logística y el transporte constituya un elemento primordial para potenciar esa ventaja natural como plataforma logística del sur de Europa. Vicente López-Ibor es un un claro partidario de la dimensión ibérica de la acción económica y estratégica española: “La vertiente atlántica es muy importante para España.

La UE se prepara para un acuerdo transatlántico con Estados Unidos y creo que hay que pensar no solo en nuestra participación como país miembro de la UE sino en nuestra relación con Latinoamérica y con África”. El mercado logístico español es el quinto de Europa en términos de volumen y empleo.

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