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Columna
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Mala idea jugársela con Alitalia

Alitalia se describe a sí misma como embajador de Italia. Pero es sobre todo un símbolo de los problemas económicos del país. La aerolínea no ha hecho logrado beneficio operativo en más de 20 años. Quebró en 2008 y fue reestructurada en 2009. En lugar de volver a empezar, cosechó nuevas pérdidas –1.100 millones de euros en los últimos cuatro años– y dijo en julio que necesitaría otros 300 millones hacia finales de 2013.

La aerolínea ha acudido a París en busca de ayuda. Air France-KLM quería fusionarse con Alitalia en 2008 y fue rechazada por el gobierno italiano. Pese a ello, se hizo con una participación del 25% en su rival. Debido a la falta de alternativas de Alitalia, ahora podría ser una ganga. Sin embargo, Air France- KLM está luchando por sí misma y debería pensárselo dos veces. Ha perdido 2.800 millones de euros en los últimos años dos años y medio y quiere sacrificar 7.900 empleos. Adquirir Alitalia distraería a la gestión y vaciaría las finanzas del grupo.

Alitalia necesita una reducción radical. Muchas de sus conexiones tendrían que desaparecer. La competencia de Ryanair y easyJet, que operan con costes mucho más bajos, ha demostrado ser letal.

El argumento más fuerte a favor de unos vínculos más estrechos podría ser que Alitalia lleva actualmente a 5 millones de pasajeros a la red de largo recorrido de Air France-KLM. Pero eso supone menos del 20% del total de pasajeros de Alitalia, y Air France-KLM podría hacerse cargo de este mercado sin ningún tipo de ayuda.

Se debería permitir finalmente la quiebra de Alitalia. Podría entonces hasta convertirse en un escaparate positivo para una Italia que finalmente supera su incapacidad para reformar.

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