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La maldición de Layo

TIRESIAS: Y puesto que me has echado en cara que soy ciego, te digo: aunque tú tienes vista, no ves en qué grado de desgracia te encuentras ni dónde habitas ni con quiénes transcurre tu vida. ¿Acaso conoces de quiénes desciendes? Eres, sin darte cuenta, odioso para los tuyos, […] y la maldición […] de tu madre y de tu padre, con paso terrible te arrojará, algún día, de esta tierra, y tú, que ahora ves claramente, entonces estarás en la oscuridad.

“Edipo rey” de Sófocles

Layo es el heredero legítimo del reino de Tebas, pero es desterrado y debe huir. Encuentra asilo en el Peloponeso que estaba gobernado por Pélope (1). A pesar de la hospitalidad de Pélope, Layo se enamora perdidamente del Crisipo, hijo y heredero de Pélope. Layo intenta conquistarle por todos los medios, pero Crisipo no cede a sus demandas. Entonces Layo, le viola. Crisipo, lleno de desesperación, se quita la vida. Layo escapa pero antes recibe la maldición de Pélope: tu estirpe se exterminará a sí misma.

Ha comenzado lo que se denomina ciclo tebano o conjunto de poemas que, datados en la Época Arcaica de Grecia (siglos VIII y VII a. C.), narran los acontecimientos en torno a la figura de Edipo y a la posterior guerra entre tebanos y argivos.

Desde el punto de vista temático, el ciclo narra el trascurso y posterior cumplimiento, en tercera generación, de la maldición de Layo por haber deshonrado la hospitalidad dada por Pélope. En todas las obras que componen el ciclo (pero sobretodo en la central “Edipo Rey”) nos avisan que una vez cometido el pecado, todas las acciones que tengan como objeto sortear el castigo, en el fondo no harán más que conducirnos irremediablemente hacia él. Una vez cometida una falta grave, el castigo te perseguirá, incluso traspasando generaciones aunque no sean directamente responsables de los hechos.

En la huida del Peloponeso Layo regresa a Tebas, donde es proclamado rey. Toma como esposa a Yocasta. Durante años intentan tener hijos, sin conseguirlo. Layo acude a un oráculo pidiendo una solución. El oráculo, le da una buena noticia: tendrá un hijo, pero continúa

"Tu hijo matará a su padre y se acostará con su madre".

Tras el oráculo, Layo y Yocasta intentan evitar por todos los medios que un monstruo como el descrito en el oráculo nazca, pero es inútil. Nace Edipo. Para evitar la maldición se lo dan a un criado con la misión de acabar con su vida, pero cuando va a matarle le da pena y se lo entrega a unos pastores que a su vez, se lo entregan a los reyes Pólibo y Peribea, que lo crían como si fuera su hijo.

Un día un compañero, le dice a Edipo que es un hijo adoptado. Aunque sus padres se lo niegan, la duda ya está plantada. Edipo acude al oráculo y le pregunta si realmente es hijo de Pólibo y Peribea. El oráculo, como suele ser su costumbre, no contesta a la pregunta de Edipo, sino que le dice sin más:

"Matarás a tu padre y te acostarás con tu madre"

Edipo huye. Pues por nada del mundo quiere hacer algo tan horroroso, pero sin saberlo (y eso, como antes indicamos, es una de las claves de la obra), se precipita a hacer precisamente lo que quiere evitar:

En la huida se encuentra en un cruce de caminos con un viejo (Layo, su verdadero padre) al que, por obstaculizarle su marcha, acaba matando.

En su huida se acerca a Tebas, que vive atemorizada por un la esfinge (2). Edipo la vence y Creonte, rey regente de Tebas tras la muerte de Layo, le otorgará la mano de su hermana Yocasta, reina viuda y con ello el trono de Tebas(3).

Con el tiempo una peste asola Tebas. Nuevamente se consulta al oráculo. La respuesta es que la peste no cesará hasta que no sea encontrado el asesino de Layo. Pero en realidad la peste no es más que el síntoma de un mal mayor: el matrimonio antinatural de Yocasta y Edipo. Edipo promete desenmascarar al asesino, sin saber todavía que es él mismo el culpable de todos los males de Tebas (4).

Tiresias, ciego pero que tiene dotes adivinatorias (5), es el único que puede ver a través del velo que cubre la realidad. Cuando le habla a Edipo (6) éste es incapaz de aceptar la realidad. Bajo ningún concepto él puede ser un asesino. De hecho no se cansa de decir que es poderoso y que ha llevado la salvación y prosperidad a la ciudad.

Una vez que la verdad se descubre, Edipo (7) se vuelve hacía la Yocasta pero la encuentra colgada del techo de sus aposentos, tras lo cual se pincha los ojos con los broches del vestido de su madre. En éste momento trágico acepta el poder limitado de los hombres.

La última obra del ciclo, “Los siete contra Tebas” (8), narra la lucha entre los hijos varones de Edipo, de cómo se dan muerte mutuamente. De cómo Antígona, que acompañaba a su padre Edipo como lazarillo, es condenada a muerte por dar sepultura a su hermano, pero antes de que se cumpla la sentencia, se suicida. El hijo de Creonte, que la ama, también se suicida.

Por fin se cumple la maldición que lanzó Pélope y la estirpe de Layo se aniquila a sí misma.

La FED celebra su primer centenario el próximo 23 de diciembre. A menos de una docena de semanas de tal fecha, la economía real en los EE.UU. está profundamente debilitada (por no decir que muerta por aplastamiento de la deuda) y en los últimos años se ha acabado por consumar definitivamente un matrimonio antinatural entre la banca y los gobiernos. La peste de la deuda asola la economía global.

Bernanke, supuesto experto en la crisis del 29, parecia saber cómo resolver el problema pero es incapaz de ver que él y la isntitución que representa fueron (y continuan siéndolo) parte sustancial del mismo. Con la misma soberbia de Edipo se sigue viendo como la solución. Como Edipo es incapaz de aceptar la realidad. Pero, como Edipo, no podrá esquivarla.

Quizás la maldición que lanzó Pélope a Layo también se cumpla con los bancos centrales y ésta estirpe, con el tiempo, se aniquile a sí misma, o sufra una profunda reforma.

NOTAS:

(1) Etimológicamente Peloponeso significa “Isla de Pélope”

(2) Demonio con rostro de mujer, cuerpo de león y alas de ave se dedicó a asolar la campiña tebana destruyendo las siembras y matando a todos los que no fueran capaces de resolver sus enigmas.

(3) Edipo y Yocasta tuvieron cuatro hijos, dos varones, Eteocles y Polinices, y dos mujeres, Ísmene y Antígona.

(4) En el fondo Edipo no ha cometido ningún error que le haya merecedor de lo que le ocurre, solo es la victima del pasado, el instrumento por el que se cumple un destino.

(5) Para ver lo que realmente sucede la mayoría de las veces no es necesario tener la vista.

(6) Momento de la cita al inicio del artículo.

(7) Nietzsche en el “Nacimiento de la tragedia” afirma que el mito de Edipo plantea el problema de la búsqueda de la verdad y los riesgos que la acompañan. Edipo es un transgresor, un héroe condenado a caer por haber intentado llegar demasiado lejos. Ese abandono de la cómoda ignorancia, es el destino cruel y heroico de Edipo, y su gesta consiste en “querer saber” aunque ello suponga un sacrificio.

(8) Los dos hermanos varones de Edipo deciden repartirse el trono en años alternativos. El primero en reinar será Eteocles, pero transcurrido el año se niega a entregar el trono a su hermano. Polinices huye a Argos cuyo rey apoya su causa y organiza una expedición que llevará el nombre de los Siete contra Tebas.

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