Linde reclama al BCE los test de estrés más rigurosos de la historia
España espera que así el mercado internacional vuelva a considerar a la banca española como una de las más solventes del mundo
Los bancos españoles ya han desfilado por el Banco de España. El objetivo es que destripasen sus estrategias y visión del sector en general y de sus entidades en particular ante los representantes del Fondo Monetario Internacional (FMI) que han visitado España por tercera vez en un año. Y la conclusión ha sido ligeramente mejor que la alcanzada esta primavera, cuando también realizaron su segunda visita del año. Eso sí, la sequía del crédito ha vuelto a ser una de las principales preocupaciones y advertencias que ha realizado el FMI a las entidades financieras españolas y a las autoridades supervisoras. La financiación sigue sin llegar a la economía real, a las pymes principalmente.
Varias fuentes coinciden en señalar que la troika, o en este caso el FMI, “se ha mostrado mucho más tranquilo con la situación económica de España”. Su opinión coincide con la de otros expertos y con un cúmulo de informes de analistas internacionales realizados por destacados bancos de inversión. Además, claro está, con el Gobierno, primero que se ha encargado de lanzar el mensaje de que España comienza a estar mejor.
Todas estas opiniones, unido a la exhaustiva vigilancia a la que está sometiendo el Banco de España al sector desde hace unos meses, y que se va estrechando aún más según se acerca las fechas para que Europa examine a toda la banca, empieza a devolver el color al rostro del Banco de España.
Varias fuentes financieras aseguran que es tal el empeño que han puesto en los despachos de la calle Alcalá para que el mercado recupere la confianza en el sector financiero que cada día dan una vuelta de tuerca más en sus exigencias. “La preocupación prioritaria actual en el Banco de España es que la banca española vuelva a convertirse en la primera de la clase. Que recupere su puesto VIP, que ocupaba hasta que se inició la crisis”, declara un destacado experto de una también destacada firma financiera.
La obsesión del Gobierno, en general, y del gobernador del Banco de España, Luis María Linde, y del subgobernador, Fernando Restoy, en particular, es tal (lógico, por otra parte) que les ha llevado a reclamar ante el Banco Central Europeo (BCE) y ante la Autoridad Bancaria Española (EBA) que las próximas pruebas de resistencia sean las más rigurosas de las llevadas a cabo hasta ahora, coinciden en declarar varias fuentes financieras.
Estas mismas fuentes insisten en que el objetivo del supervisor es que toda la banca española apruebe con nota y alta los exámenes que realizará el próximo año el BCE y la EBA.
Antes, claro, los bancos españoles deberán pasar por un examen nacional, cuyos resultados puede que queden en los despachos del Banco de España y de las propias entidades. Eso sí, servirá para corregir las debilidades de las firmas.
El convencimiento de que en la actualidad las firmas españolas disfrutan en su conjunto de una mejor salud que la de otros países europeos ha llevado a Linde a pedir al BCE y a la EBA que los próximos test de estrés sean los más exigentes y rigurosos de los realizados. Pretende que tras los resultados de este examen se disipen por completo cualquier sombra de duda que puede aún sobrevolar sobre la banca nacional.
La reclamación de España choca con las de Francia e Italia. Ambos países están empleando toda su influencia para que las pruebas de resistencia europeas sean más laxas incluso que en otras ocasiones. El Gobierno, de hecho, ya ha mandado mensajes de que ambos países son los más interesados en que se prorrogue el rescate bancario a España y continúe la tutela de la troika.
La línea de crédito abierto por Europa para la banca española concluye a finales de este año. De momento, se han utilizado 40.000 millones de euros de los 100.000 millones concedidos. El objetivo es zanjar este triste episodio del sistema financiero y de la economía española este año. Y así lo predica el ministro de Economía, Luis de Guindos.
Durante esta semana, está previsto que la troika –BCE, FMI y la Comisión Europea– se reúna con las autoridades españolas para evaluar la reestructuración del sistema financiero nacional, una vez que el Fondo Monetario Internacional ha pasado revista a todos los bancos. Tras concluir estas reuniones, la troika dará a conocer sus conclusiones preliminares de este cuarto informe a finales del presente mes, y el documento final, a principios de noviembre. “España se juega mucho” en el último trimestre del año. De ahí el empeño del Gobierno por transmitir optimismo y de Linde por apretar a la banca.
Pese a que la opinión sobre la evolución de la economía española puede estar cambiando, lo cierto es que aún queda mucho camino por recorrer, explica un reconocido experto financiero. “No se pueden echar las campanas al vuelo. La reactivación de la economía española es aún muy incipiente, muy débil”.