El ministro Soria y la dependencia energética
El Gobierno, preocupado por la “enorme vulnerabilidad y una enorme dependencia exterior” del sistema energético español, en palabras del propio ministro Soria, quiere reducir nuestra dependencia y nuestra factura energética.
Estando de acuerdo todos en el principio general, el Gobierno haría bien en promover el mayor yacimiento energético autóctono y limpio que tiene nuestro país, el de las energías renovables, y en abandonar la improvisación de políticas discriminatorias que están acabando con un sector que además de ser fuente de energía, es rentable para el país, aportando divisas y empleo a la maltrecha economía española.
Al Ministro Soria le gusta hablar de que la dependencia energética española, que históricamente se sitúa en un 80%, es un lastre para nuestra economía y la competitividad de nuestras empresas. Por ello, conviene recordarle el dato facilitado por su antecesor en el Ministerio, Miguel Sebastián: “Por cada 10 € que sube el precio del barril de petróleo, España paga 6.000 millones de euros más al tener que importar prácticamente todo el crudo que consume”.
Por referirme solo a la última década, a finales de 2003 el precio del petróleo estaba en unos 25 dólares el barril, en 2009 llegó a los 80 dólares, a 90 en 2010, en 2011 alcanzó los 100 dólares y ahora ronda los 115 dólares. El año pasado la factura española por importaciones energéticas fue de 46.608 millones de euros: 35.955 por petróleo y 10.653 por gas, según datos de la Dirección General de Aduanas.
Asimismo, al Ministro de Energía hay que recordarle la aportación de las energías renovables y que su ministerio debería haber tenido en cuenta a la hora de elaborar su pretendida reforma energética. Por ejemplo, hay que decirle que en 2012, las renovables generaron 69.457 GWh, lo que evitó la importación de entre 40 y 45 millones de barriles de petróleo o, lo que es lo mismo, el equivalente al consumo nacional de petróleo durante un mes, unos 5.000 millones de euros.
Pero las renovables no solo reducen nuestra dependencia energética, también contribuyen a nivelar nuestra balanza comercial al ser un sector netamente exportador de bienes de equipo.
Las energías renovables consiguieron, además, en 2011 un abaratamiento en el precio de la electricidad de 3.352 millones de euros. En el periodo 2005-2011 esa reducción llegó a los 28.482 millones de euros, 7.607 millones de euros más que las primas recibidas en ese periodo.
En 2011, las renovables registraron un total de 118.657 empleos, cerca de la mitad de ellos directos. A falta del cierre de datos correspondiente a 2012, la cifra de empleo en el sector descenderá significativamente como consecuencia de la política llevada a cabo por el Ministro Soria, que se estrenó con una moratoria a las renovables, seguida de legislación que ha puesto al sector en una situación más que crítica. Todo ello, con una visión sesgada por los intereses de las grandes compañías eléctricas, condicionada por el corto plazo y la inmediatez pero que nuestro país pagará durante décadas al perder el liderazgo en un sector que es, y lo será más en el futuro, uno de los motores de la economía mundial.
Por otro lado, el Ministro Soria parece olvidar en sus planteamientos nuestro compromiso con el medio ambiente. Hay que recordarle que España ha incrementado en un 38% sus emisiones de CO2 en los últimos dos años. Como hay que decirle también que las renovables evitaron en 2012 la emisión de 38 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.
En agosto se supo que el Ministro Montoro “modificará su cuadro macroeconómico si el barril de crudo se dispara por la crisis de Egipto”. Y eso que lo de Siria estaba aún por llegar. Está claro que hacer cuentas y previsiones con variables que dependen de terceros son difíciles de cuadrar. Lo comprueban cada día Montoro y Soria al ver el incremento del petróleo. Y todos pagaremos el abandono por parte de este Gobierno de una fuente de energía, la renovable, que es autóctona, limpia, económicamente rentable y mucho más predecible que los conflictos que inciden en el precio de las tecnologías fósiles.
José Miguel Villarig es presidente de la Asociación de Productores de Energías Renovables-APPA